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Esta tarde en el hotel
Fecha: 21/03/2024, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Arrikitawn, Fuente: CuentoRelatos
... chaqueta. Nos daba morbo estar así. Y a él le gustaba hacerme sentir un poco desvalida e indefensa. Me senté en la parte de atrás del taxi. Y como siempre que iba con ligueros en un taxi –la verdad es que solo me pongo los ligueros cuando tengo citas amorosas- me acordé de una de las primeras escenas de “Histoire d’O” en la que su amante le sube la falda a la protagonista dentro del taxi hasta que sus muslos quedan al descubierto y su culo en contacto con la piel del asiento. A Raúl le gusta también subirme la falda con la mano al tiempo que me acaricia el muslo, y aprovecha la ocasión igual en un taxi que en un ascensor, aunque nunca ha llegado al punto de que alguien se haya dado cuenta de la maniobra. Lo que no es obstáculo para que nos ponga a cien y corramos a echar un polvo en cuanto podemos. Como no sabía lo que implicaba “estar preparada”, llegué al hotel mucho tiempo antes de las 7:00. Pregunté por nuestra habitación, que él ya había reservado. Siempre vamos a la misma habitación, con una enorme cama de dos por dos metros, una mesita pequeña con 2 cómodos sillones y un magnífico ventanal con vistas al Paseo de la Castellana. En el frigorífico siempre había una botella de champagne. El recepcionista me dio un sobre donde estaba escrito mi nombre, aunque la letra no era de Raúl. Dentro estaba la llave. O sea que él ya había estado allí, probablemente para dejar las “instrucciones”. Ya habíamos utilizado el mismo procedimiento para dejarnos la llave de las ...
... habitaciones en otras ocasiones, aunque la letra con mi nombre en el sobre solía ser la letra de Raúl. A veces me preguntaba qué pensarían de nosotros el personal de recepción, aunque estaba seguro de que otras parejas hacían lo mismo. Cuando entraba en la habitación el corazón me palpitaba a toda velocidad. La cama estaba abierta y la sábana y el edredón se habían retirado hasta los pies de la cama. Sobre la elegante sábana de lino blanco había un sobre y al lado un antifaz de color negro como los que te dan en los aviones en los vuelos transatlánticos para poder conciliar el sueño. Abrí el sobre: eran las “instrucciones”. “Desnúdate, ponte el antifaz y espera sobre la cama. Cuando se abra la puerta empieza a masturbarte. Cuando estés cerca de llegar al orgasmo, para. No te quites el antifaz. Raúl” El corazón me ardía. Esas eran las instrucciones. Quiere que me acaricie para él. Quiere que me ponga sobre la cama y que le haga el espectáculo como en un peep show. Y a ciegas. Sin que pueda mirarle a los ojos o ver el tamaño de su polla. Quiere explorarme desde todos los ángulos mientras yo gimo y me acerco al orgasmo, pero sin llegar. Será cabrón. Todavía faltaban varios minutos para las siete. Notaba como la humedad de mi coño crecía sin control. Me quité toda la ropa y la coloqué en el armario mientras pensaba cómo lo iba a hacer. Cuando faltaban 5 minutos para las 7:00 yo estaba de rodillas encima de la cama sentada sobre mis talones, completamente desnuda y con el ...