Marivi, escucha a nacho antes de darle una paliza - Relatos Eróticos

Marivi, escucha a nacho antes de darle una paliza

... dije, cuando se fue me pregunte si era imbécil, cosa que estoy convencido, que lo soy, aquella mujer que estaba muy bien, por cierto, me pide salir a bailar y le digo no gracias.

Al cabo de un buen rato, volvió a aparecer por la barra, le pidió al camarero otra consumición y me dijo

¿Sigues aun castigado?

¡Y la que se lio, dios mío! Yo me giré para contestarla y sin querer, le di al vaso largo de vodka con limón de ella, el líquido fue a parar a su blusa y a los zapatos, el vaso en el suelo hecho añicos.

Ella exaltada me dijo ¿Qué coño haces, mira cómo me has puesto?

En ese momento me di cuenta que era preciosa. Lo lamento, mucho

Con lamentarlo no solucionas nada, me gritaba de nuevo.

Estoy intentando ser amable, te digo que siento, lo que….

Pues no seas tan amable y presta atención.

¡Oye! Le grite. Entiendo que te enfades, porque es una putada, pero no hay que ponerse así, además eres tú, la que llevas toda la noche detrás mío.

¿Cómo te atreves a hablarme así? Me chillo y me miraba con una mirada cargada de ira.

De verdad que lo siento, me volví a disculpar. Te pagare la tintorería y te comprare otros zapatos, pero de verdad ha sido sin querer.

Déjalo de una vez. Si estuviera en mi mano, te aseguro que esto si lo sentirías de verdad.

Aquella frase, el tono y la mirada, me hizo sentir extraño y tuve como un hormigueo en el estómago.

Me dio la espalda y se fue, pague las dos consumiciones y decidí salir, ya en la puerta reaccione y ...

... aun no entiendo, porque regrese a la sala. Me acerque a ella, que se estaba intentando limpiar con una servilleta.

Me gustaría hacer algo, para intentar compensar este desastre.

Pues lo mejor que puedes hacer, es dejarme tranquila.

Tanto insistí que me dijo,

Bueno quizás podrías llevarme a casa. Me has jodido la noche.

Subió al coche y me dijo donde vivía, y al rato rompió el silencio.

¿Cómo te llamas, me pregunto?,

Yo en aquel monumento estaba en mis cosas y no respondí

¿No me has oído, o te gusta que te repitan las cosas dos veces?

Lo siento. Disculpa estaba en mis cosas, me llamo Ignacio, pero mis amigos me llaman Nacho.

Le pregunte por el suyo y me dijo, Elena.

Mira Nacho la mayoría de los hombres nos miráis por encima de los hombros y estoy harta de esta actitud chulesca.

Yo no soy así.

Tú eres igual que todos, aunque siempre puede haber excepciones, pero no creo sea tu caso.

Yo siempre asumo las consecuencias de mis actos,

Ya, no creo que tu seas muy diferente a los demás. Contesta y se sinceró, ¿si yo no fuera como soy y tuviera unos cuantos kilos de más, más bajita y no tan bien vestida, estaría aquí en este coche?

No conteste

Gracias me dijo, por no insultar mi inteligencia, diciéndome que sí.

La mayoría de vosotros os compartáis como críos y esas cosas solo se cambian, con mano dura y unos azotes bien dados, os vendrían de maravilla a todos.

Nacho te prometo que, si fueras mi pareja y me trataras, como me has ...