Marivi, escucha a nacho antes de darle una paliza - Relatos Eróticos

Marivi, escucha a nacho antes de darle una paliza

... tratado hoy, te aseguro que esta noche tendríamos algo más que palabras.

Llegamos a su casa, una calle con casitas adosadas,

Me gustaría invitarte a una copa ¿Te apetece?

Por supuesto, que sí.

Nacho, solo una cosa, si entras en mi casa ahora, es posible que quiera que pagues tu actitud, de esta noche conmigo.

¿Qué quieres decir?

Lo que te he dicho. Estoy muy molesta y ofendida por tu forma de actuar, por esto te digo que, si quieres entrar, puedo querer que asumas las consecuencias de tus actos. ¿Tú decides?

Entro en su casa y no cerró la puerta, detrás entre yo y la cerré.

Al verme entrar dijo.

Mientras me cambio, ponte cómodo, pon música y prepárame un vodka con limón.

Salió del salón.

Me quite la chaqueta, enchufe el tocadiscos y prepare dos gin tonics,

Apareció con una camiseta, que justo le cubría los muslos e iba con zapatillas.

No sé porque, me fije en ellas, eran de un de cuadros de diferentes colores gris, granate, rayas negras, cerradas por delante y por detrás todo y que ella las llevaba achineladas, con un leve talón y una suela que parecía ser de goma, de un grosor de un centímetro. En sus pies eran preciosas.

Nacho, ¿se te han de repetir las cosas dos veces?

¿Por?

Te he pedido un vodka con limón.

Perdona ahora,

No déjalo, ya me va bien, me tendió la mano, me acerco a ella, estábamos de pie y me beso y luego, un beso más largo con lengua y me dio dos fuertes azotes con la mano.

¿Qué coño haces?

Ella ...

... respondió, te voy a castigar y si no quieres, vete ahora mismo de casa.

Desconozco el motivo, pero me quede y ella me volvió a dar un beso en la boca, me inclino un poco y empezó a azotarme con fuerza, estuvo un buen rato, el culo me escocia, mientras me iba azotando, me iba diciendo todo lo malo que había hecho, desde que se dirigió a mí, la primera vez aquella noche y lo mucho que yo tenía por corregir y que ella me iba a enseñar de verdad.

Se sentó en el sofá y me dijo

Bájate los pantalones y ponte en mi regazo, miro la zona azotada y volvió a reñirme, recorrió toda la noche paso por paso, mientras me seguía azotando de forma fuerte con su mano, en mi culo desnudo.

Yo te voy a encarrilar, no te preocupes. En pocos meses vas a ser una persona como a mí me gusta.

Empecé a llorar como un colegial, aquello dolía de verdad, no sé, pero estaba pasándolo muy mal, coño como dolía, paro de azotarme.

Me dijo me levantara y me asuste, de lo excitado que estaba, ella lo vio y se sonrió.

Date la vuelta, quiero ver bien el estado de tu culo, no está mal exclamo, paro aun le faltan unos cuantos más.

Se quito la zapatilla derecha y me indico me pusiera nuevamente en su regazo, “el primer azote con la zapatilla no lo olvidare en mi vida” y como ese siguieron muchos, machismos más, mientras ella seguía recorriendo, los múltiples errores que había cometido aquella noche, una mezcla de un intenso dolor y de inmenso placer, se mezclaron en mi cuerpo y eso me permitió ...