Los malditos de matta - Relatos Eróticos

Los malditos de matta

... chupando, su cuerpo deja de tiritar en mi boca “para culiá” y un cachetazo remece mi cara, no dije nada le quedé mirando rogándole que siguiera tumbada en el piso.

Ella los llamó y dos jovencitos tomaron mis brazos levantándole y abriéndolos, estaba en cruz, ella liberó mi tetas arrancando mi blusa, dejándolas a la vista de todos, mi respiración se agitaba haciéndolas subir y bajar, parecían aún más grandes de los que son, me miraba con rabia y descargó una de sus manos abiertas en mis tetas, mi cuerpo trató de escapar del dolor, sin querer doblé mis rodillas y empine mi culo, ella con una tabla acariciaba mi cuerpo, gemía, no quería llorar pero tenía temor, un cinturón golpeó con fuerza una de mis tetas, un grito escapó de mi cuando descargo la tabla en la otra, otro cinturonazo en mi pecho me zarandeaba, los gritos de dolor llenaron la sala-denle, denle-se le escuchaba decir a ella mientras bajaba a lamer mi concha, unas manos dominaron mis caderas, la tabla volvió contra mis tetas, cada golpe me hacía retorcerme de dolor, pero no quería que pararan, cada golpe en mis tetas hacia refregar mi culo en esa verga desconocida que luchaba por entrar en mis carnes, no podía ayudarle, sólo podía llorar rogando que encontrara la ruta de su placer,-por favor, por favor, pártanme el culo- alcancé a suplicar y esa barra de carne venció toda la resistencia de mis esfínteres, la podía sentir en mi estómago, entraba y salía provocándome un placer que era eliminado por los golpes en ...

... mis tetas y eso volvía a darme placer, ni mi propio placer físico era mío, sólo era un trozo de carne que usaban para darse placer, me movía sintiendo la boca de una obsesionada con mi clítoris, atravesada por esa daga que estaba a punto de escupir su néctar en mi culo, mientras mis gritos no paraban por la inmolación de mis tetas, veía mientras otros se masturbaban, dejé caer todo el peso de mi cuerpo al barrerme un orgasmo, aun así aquel siguió bombeando mi culo hasta que derramó su leche, tirada en el piso algunos acercaban su verga a mi boca que yo recibía gustosa, chupaba lo más rápido que podía hasta provocarme arcadas pidiéndoles que acabaran en mi cara, que a los pocos momentos rebosaba de semen, rociando mi pelo que se pegoteaba, abriendo mi boca y sacando mi legua en busca que me alimentasen con su placer.

Mis tetas estaban enrojecidas, el colaless “rómpanme el culo” aún se encontraba en mi cuerpo, me levanté moviendo mi culo, tentando a todos, el semen escurría por mi cara y mi tetas, le pedí a ella que pusiese música y baile, rozándome en ellos, iba de uno a otro, flectaba mi cuerpo para que mis tetas colgaran y mi culo llamara a su violación, una verga casi morada, oscura quedó al alcance de mi mano, a la vista de todos la engullí llevándola hasta el fondo de mi garganta, la sacaba, besaba su glande, lamía su tronco para luego volverla a mi boca una y otra vez hasta que las manos de aquel desconocido estaban en mi cabeza imprimiendo el ritmo de su propio placer, ...