El nuevo maestro del pueblo (6)
Fecha: 30/03/2024,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Alfonso, Fuente: TodoRelatos
... cogerlo con ganas. Lo apreté, los sobé, y se lo abrí como si intentara separar dos meloncitos pegados. La forma como me devoraba la boca me había desquiciado, y ahora solo podía pensar en follármela, pero disfrutando de ese culito redondo y respingón.
Cuando dejó de besarme para coger aire, aproveché para lanzarme sobre sus tetas. Lamí la tersa piel de su cuello sintiendo su tremenda excitación y bajé hasta las tetas para comerle los pezones que se marcaban por encima de la tela.
- Ahhh, cómo deseaba este momento. Llevaba todo el día pensando en él. – jadeó apretándome la cabeza contra sus tetas.
Subí una mano para bajar la tela, pero la ansiedad que la embargaba me lo impidió.
- Hoy no tenemos tiempo para florituras. Quiero tu polla dentro ya. – exigió sin darme opciones.
Sus nerviosas manos desabrocharon mi pantalón y metiendo una de ellas sacó la polla en plena erección.
- Joder, pues si que es grande! Pensé que Eva exageraba. – exclamó al mirarla.
Se agachó y se quedó mirando la robustez del tronco, y cómo las venas repletas de sangre lo surcaban. Ni yo mismo me creía que pudiera tener una erección así después del día que llevaba.
Abrió su pequeña boca de finos labios y engulló el hinchado capullo. Me dio la sensación de estar follando un estrecho coño cuando comenzó a succionar. Sus chupadas eran igual de impetuosas y lascivas que sus besos, y noté como todo mi cuerpo se tensaba como las cuerdas de un piano.
- Rosaaaa! – oímos la voz de ...
... David, y casi me da un infarto.
- Queeee? – contesto dejando de chupar, pero sin soltar la polla.
- Tráeme un vino… joder!
- Es que no llevas bastante?
Aquello cada vez era más insólito, los dos gritándose y Rosa agachada sin soltarme la polla.
- Me entra… uno más… hasta que traigas… la cena!
- Joder con este puto borracho! – exclamó en voz baja algo indignada – No te muevas que vuelvo de inmediato.
Ya había alucinado varias veces desde que llegué al pueblo, pero esto superaba todo lo anterior. Se abrochó cuatro botones, llenó un vaso de vino y salió de la cocina. Al momento regresó desabrochándoselos de nuevo. Se agachó y volvió a introducirse al capullo dándole una buena succión. Otro espasmo que provocó en mi cuerpo.
- Ya no está dormido. – susurré como advirtiéndola del peligro.
- Pero no se puede ni mover, jajaja. – rió en voz baja.
Después de unas buenas chupadas que me pusieron como un gallo peleón, se elevó y se dio la vuelta colocándose con las manos sobre la encimera.
- Vamos, que estoy ardiendo! – casi me exigió que me la follara por detrás.
Le levanté la bata mirando de reojo a la puerta de la cocina y regresé con la vista para mirar ese pequeño y bonito culo. Me pareció precioso adornado con las braguitas azul celeste, pero fue aún más atractivo al bajárselas y ver toda su carne dura y prieta. Los pequeños labios vaginales asomaban bajo las nalgas, y me recordaron a su pequeña boca. Me había dicho que alguna vez le había puesto los ...