El nuevo maestro del pueblo (13)
Fecha: 01/04/2024,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Alfonso, Fuente: TodoRelatos
Despertando a Candela
Me vestí, y después de un ardiente beso donde pude sentir el deseo que manaba de su mente, me fui a casa de mi patrona a dormir. Necesitaba dormir y descansar, tanto el cuerpo como la mente.
Al día siguiente, domingo, no tenía nada previsto, y me levanté tarde. Desayuné en compañía de Adel, que volvió a hacerme reír de nuevo con sus frases y chascarrillos. Ese día andaban Sancho y Luisón por el huerto y no hicimos nada, tan solo charlar. Decidí irme al pueblo cercano a comprar algo de ropa y de paso conocerlo. Me quedé a comer para no hacerlo en casa de Adel con toda la familia presente, y regresé tarde.
Ya había anochecido y Luisón se había marchado pues al día siguiente tenia que trabajar. Pensé que yo también tendría que hacerlo, con tanto folleteo casi se me olvida que comenzaban las clases. No obstante, Sancho al verme llegar me invitó a que fuese a toar unas cervezas al bar. No quise ser descortés y accedí. Cuando llegamos el establecimiento estaba a tope, debían estar todos los tíos del pueblo. Fue el momento de las presentaciones, y por primera vez conocí a los maridos de las tres madres de mis alumnos.
Eran tíos amables, campechanos y algo bebidos en ese momento. Por supuesto me invitaron, pero a la tercera me negué, no quería acabar con un buen pedo. Como puede, me escabullí y salí del bar, y me encontré con todas las señoras que salían en ese momento de la misa. Eran las ocho de la tarde y decidí hacer una visita al cura, seguro ...
... que tendría cosas que contarme.
Saludé cortésmente a las señoras según me cruzaba con ellas. Tan solo reconocí a Laura, la mujer del panadero, y a Demetria, la mujer del alcalde que iban juntas, y las dos me saludaron con amplias sonrisas. Tuve mis dudas si Laura le habría contado algo a Demetria, aunque esperaba que no.
Cuando entré en la iglesia me encontré con Elena, que era la última que salía.
- Hola Elena. – saludé sin reparos.
- Hola don Roberto. – contestó sumisa con la cabeza algo baja.
- Has venido tu sola a misa?
- Con quien quiere que venga? – preguntó con extrañeza.
- Pensaba que vendrías con la condesa.
- Ella solo viene a la de los sábados.
- Supongo que para que la vean.
- Bueno… supongo que sí.
- Y ahora dónde vas?
- A casa de la condesa.
- Quería hablar contigo. Que te parece si te acompaño?
- Como quiera don Roberto.
Nos pusimos a andar y salimos del pueblo por el camino que conducía a la casa de la condesa.
- Ya me has contado algunas cosas – comencé – y como has visto no se lo he dicho a nadie, y menos a la condesa. Pero me gustaría saber más.
- Y que quiere saber?
- Supongo que la condesa graba todas esas cosas que se hacen en su casa.
Agachó la cabeza y no parecía querer contestar.
- Venga, dímelo.
- No debería estar hablando con usted.
- Te prometo que la condesa nunca sabrá que has hablado conmigo. Solo quiero saber si lo graba todo.
- Se que graba cosas, – por fin contestó – pero no ...