El nuevo maestro del pueblo (13)
Fecha: 01/04/2024,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Alfonso, Fuente: TodoRelatos
... camiseta blanca se ajustaba sobre su pecho marcándosele los pezones ostentosamente. Como siempre que la había visto, llevaba mallas, pero esta vez noté que se le marcaban más los labios vaginales.
Me hizo pasar cerrando la puerta con rapidez.
- Supongo que has mirado que no te viese nadie. – me dijo nerviosa.
- Tranquila, están todas las casas cerradas como si no viviese nadie en ellas.
- Por las noches refresca, y por eso todos las cerramos bien.
- Estás segura que no hay problemas con tu marido ni con el niño?
- Si, los dos duermen como becerros. He preparado unos chupitos de ron, no se tú, pero yo necesito un par de ellos para quitarme los nervios.
- Me parece bien, te acompañaré encantado.
Prácticamente nos metimos los dos chupitos seguidos y pasamos a la habitación que había en la parte baja de la casa. La luz era escasa y amarillenta, pero suficiente para vernos. Cerró la puerta y mientras seguíamos de pies me miro a los ojos.
- Uf, no sabes lo que me ha costado llegar hasta aquí.
- Todavía estás a tiempo de echarte para atrás.
Candela seguía nerviosa, moviéndose de forma inquieta por la habitación. Con las mallas y la camiseta iba totalmente tapada, pero se marcaba su estupenda figura, una figura que comenzaba a desear. Los pezones se le marcaban en la fina camiseta como si quisieran rasgarla y las mallas se metían levemente entre la raja de su culo.
- No, quiero seguir adelante. No pienso seguir siendo la más pardilla del ...
... pueblo.
Con lentitud, y suma delicadeza, me acerqué hasta ella y acaricié su mejilla a la vez que la retiraba el pelo. Acerqué mi boca hasta la suya y la besé con suavidad, un beso tierno, suave y cálido. Sus temblorosos labios se abrieron y dejaron que mi lengua penetrase. Pasé una mano tras su cintura y la atraje hacia mi mientras lamía el interior de su jugosa boca. Tímidamente, rodeo mi cuello con sus brazos y nuestros cuerpos se pegaron. Su corazón palpitaba con fuerza, y podía sentir como su pecho subía y bajaba. Noté como mi polla aumentaba de volumen y me restregué contra su pelvis para que la sintiese. Era tan solo una prueba para ver cómo reaccionaba, y su reacción fue inmediata. Se abrazó a mi cuello con mas fuerza y sentí cómo a su vez ella también se restregaba. Su lengua buscó la mía y se enzarzaron en la boca en un baile húmedo y caliente.
Bajé las manos por su cintura hasta llegar al culo, y clavé los diez dedos sobre la exquisita carne. Lo sobé con deseo sobre la fina tela, y no encontré ninguna rugosidad que indicara que llevase bragas. Su cuerpo tembló más cuando le abrí los hermosos glúteos, y dejó de besarme para jadear contra mi boca. Me quedé mirando de forma interrogante sus ojos chispeantes y llenos de vida.
- Es que… me he mojado. – susurró contra mis labios con cierto temor.
“Joder, ya se ha corrido!” – exclamé en mi cabeza.
Como si adivinase mis pensamientos se excusó con palabras inquietas.
- Es que es la primera vez que estoy con otro ...