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Una preciosidad de hijita 6
Fecha: 01/04/2024, Categorías: Incesto Autor: Pata negra, Fuente: SexoSinTabues30
Una preciosidad de hijita (6) Cap. VI El día que siguió me sentí tan cansado en la oficina que prácticamente no tenía ganas de hacer nada. Pinche proyecto que no tengo para cuando acabarlo. Y la deslechada de anoche que me dejó seco. Pero qué rico estuvo todo. Uffff. Qué buenas confidencias las de Elsa. Me ponen más cachondo de lo que pensaba. Este jueguito me gusta demasiado. Es algo novedoso y caliente. Excesivamente caliente. No importa que esté cansado, ésta noche volveré a oír la continuación de las peripecias sexuales de mi mujer, cuando era niña, con esa tía tan cachonda. Qué cosa tan estupenda. Jamás hubiera imaginado que mi esposa guardara esos secretos. Ni tampoco que oír sus confidencias me pusieran tan a punto. Por lo visto los juegos sexuales de las niñas son algo real. ¿Y cómo no habrían de serlo? ¿Qué acaso yo no gozo a Rubí? ¿Y mi propia mujer no se consolaba también con ella cuando no podíamos tener sexo a causa del pinche trabajo? Sí. El sexo infantil entre niñas con mayores es algo que realmente sucede. Es algo plenamente comprobado. Con esos pensamientos en la cabeza transcurrió el día. Un día interminable. Cabrón trabajo de mierda. Todo el condenado día me mantiene encerrado en un cubículo en medio de los pendejos papeles. Sin darme cuenta cae la noche y sólo espero a que den las diez para regresar a casa. Cuando veo las manecillas del reloj marcando las diez dejo todo tirado y me bajo hasta mi auto. Arranco el motor y me dirijo hacia mi casa. En ...
... el camino pienso en todo lo que me espera. Puta madre, es genial lo que Elsa le está contando a Rubí. Necesito oírlo todo. La piche calenturienta de mi mujer fue iniciada desde niña y eso le gustaba. Con razón es tan cachonda en la cama. De seguro se acuerda de todo lo que le hacía su tía Rebeca en ese entonces. Y también lo que hacía con su mamá y su papá. Sí, eso debe ser. Casi estoy seguro. También por eso la descubrí jugando con Rubí a escondidas. En un reflejo condicionado repite con Rubicita lo que ella aprendió de niña. Si, no cabe duda de eso. Siento que el pito me estalla debajo del pantalón. Estoy caliente. Es verano. Por fin llego al aparcamiento del departamento. Cierro el auto y me dirijo a mi casa. Entro en silencio. No quiero que la niña se de cuenta. Sólo Elsa, quien ya debe estar preparada para la sesión de esta noche. Todo el interior está a oscuras. Sólo una tenue luz alumbra el pasillo de la planta alta. Subo con cuidado y en silencio los peldaños. Poco a poco me acerco al dormitorio principal. El haz de luz que sale de la puerta semiabierta me da en plena cara. Miro hacia adentro sin hacer ruidos. Mi mujer está sentada con la niña en la cama. Las dos sostienen una animada charla. Espero no haberme perdido de nada. Como puedo me pongo frente a Elsa para que me vea. Ella me está esperando; por eso me ve enseguida. Le hago una señal para que empiece la fiesta. Escucho cuando le dice a mi hijita: -Ay linda…no quieres que te siga contando mi historia de ...