La Polla de Tomás 21 - Relatos Eróticos

La Polla de Tomás 21

... todo un personaje Tomás, ya verás, en la ciudad solo se habla de él, y por cierto muy bien ja, ja, ja.

- Vaya, pensar que era un muchacho encerrado en su mundo y ahora es don de mundos ja, ja, ja, hasta me divierte.

- Ja, ja, ja, te entiendo Ángela. Bien os dejo, pasadlo bien.

- Adiós Clarisa.

- Bien Clarisa, hasta mañana a las diez.

Tomás envió las citas de las horas a Amparo, para que las apuntara a su agenda y a la de Eloísa. Llamó Cristina.

- Hola Tomás.

- Hola Cristina.

- Tomás, has invertido ya mis seis millones ja, ja, ja.

- Por supuesto Cristina.

- ¿Cuándo quedamos para pasarte los documentos de mi patrimonio para que empieces a gestionarlo?

- Cristina, esta semana entre la presentación del proyecto y todo lo que hemos organizado dispongo de poco tiempo ¿Qué te parece si quedamos para la próxima semana, y nos vamos a comer juntos para hablar del tema con tranquilidad.

- Tengo ganas de ti Tomás, no ceso de soñarte, te necesito, necesito estar contigo y que me folles ¡Oh Tomás! ¡Te deseo tanto!

- Bien. Veremos si saco algo de tiempo antes o en la misma presentación y te abro este culo de zorra que tienes. Te ataré al potro y te abriré en dos mientras te azoto.

- ¡Oh Tomás! Ya me estoy mojando con tus palabras, por favor, no me olvides, sabes que soy tuya. Quiero ser tuya como lo es Ruth, Pili o Carmen y esas mujeres que tienes. Tomás por favor, no puedo pensar en vivir sin ti ya.

- Relájate Cristina, no es tan fácil como ...

... parece todo para pertenecerme debes de ganártelo, vas por buen camino, pero aun te queda, no te precipites, lo digo además por tu bien. Relájate.

- De acuerdo Tomás, sé que lo que debo de hacer es obedecer, y te obedeceré en todo.

- Bien Cristina, he de dejarte, adiós

- Adiós Tomás, te amo.

Tomás, cortó la llamada. La expresión de la cara de su madre al escuchar esta conversación era todo un poema de Edgar Allan Poe. No había tenido tiempo de abrir boca cuando volvió a sonar el teléfono. Era Carolina

- Hola Tomás.

- Hola Carolina.

- Imagino que te habrás enterado de todo

- Si, lo he vivido además en directo, estaba yo en el club de golf cuando habéis detenido a Rut i a Rafael.

- Te acabo de ver pasar con su Ferrari

- Sí, buen coche, voy hacia casa con mi madre, ha llegado hace poco.

- ¿Puedo hablar tranquila o te escucha?

- Puedes hablar, no te oye (mentida adrede)

- Tomás te necesito, necesito estar contigo, no puedo sacarte de mi cabeza, me estoy volviendo loca por ti Tomás.

- Carolina, ya te dije que no te engancharas a mí.

- Pero Tomás ¿Y tus señoras? ¿Acaso ellas no te gozan? ¿Por qué no puedo ser una de ellas?

- Carolina, tu eres la inspectora jefe de la policía, debes de permanecer en el cargo, además no te quejes que en estos últimos días he follado más contigo que con ellas.

- ¡Oh Tomás! En la vida me hubiera imaginado este estado de pasión que siento hacia ti, te amo, te necesito, jamás en la vida nadie me ha dado el ...