Noche de tormenta 2 - Relatos Eróticos

Noche de tormenta 2

... vergota con mi vagina y me la clavé hasta el fondo. Entró sin problemas por lo mojada que yo estaba, y mi delgado amante me apretó las manos y abrió la boca para exhalar un suspiro de placer.

-¿Ves que rico. mi amor? ¿Ves como mi vagina se traga todo el chorizón delicioso ese que tienes?

-Tú.... tú tienes el demonio dentro. Tienes el demonio dentro. Sí... me lo dijo Virgo. Ella sabe. Me lo dijo Virgo.

Ya yo iba tomando mi ritmo clavándome toda su estaca sin piedad y sin hacer mucho caso a lo que decía. Estaba con mi culo y mi vagina rellena a la vez y estaba gozando de lo lindo como la buena puta en que me había convertido. -Sí.... lo que tú digas, mi bello Ahhh... Sácame el demonio. Ahhhh Sácame el demonio a base de verga. Ahhhh... ¡Dame verga hasta que me saques el demonio!.

Le puse sus manos en mis tetas y aceleré mi ritmo sobre él. Mi cintura se movía como un remolino y el chico empezó a sincronizarse conmigo para darme más placer aun. Era increíble. Aún con su mirada extraña y hablando incoherencias, no tendría ningún reparo en cogérmelo todos los días. Estaba loco y no caminaba, pero tenía un miembro envidiable y lo usaba divinamente al igual que la lengua. Realmente estaba a punto de sacarme el demonio y lo que no era el demonio también Jajajaja.

-¡Sí, David! Ahh... ¡Sácalo todo! Ahhh... Ahhh... ¡Sácalo toodoooo!...Ahhhhhhhh...

Una vez más exploté por dentro en un orgasmo siniestro y caí abrazada sobre él aún estando clavada y con contracciones. ...

... Quería aferrarme a él. besarlo, sentirlo, meter mi lengua en su boca y saborearlo todo como se merecía. Era una maravilla este chico. Lo besé en el cuello y fui subiendo poco a poco buscando su boca, hasta que sentí un fuerte trasteo en mi culo. Era el viejo Ramón sacándome su juguete.

-Eres puro fuego, putica -me dijo tratando de agarrar bien aquella cosa- Ahora te toca con los dos.

-Cómo que con los dos?

-Sí, con los dos -respondió el muy cabrón y me sacó el "juguete" del culo con un movimiento rápido. Después vino hasta adelante y me lo mostró para regodearse. Era una mazorca de maíz muy grande y muy gruesa. Realmente no sé cómo mi culo pudo tragarse todo eso durante tanto tiempo. Con razón me sentía tan llena y con mi esfínter a reventar. -Aquí está tu pequeño plug jajajaja. Ahora te toca con una verga de verdad.

-Eres un hijo de puta- le dije sin poder creer lo que mis ojos veían-. ¿Cómo se te ocurre meterme eso en el culo?

El viejo solo sonrió con cara pervertida y arrojó la mazorca a un lado, se subió detrás de mí, y antes de que mi ano se cerrara de nuevo, ya estaba clavada nuevamente con la verga de él peleando por llegar al fondo. Él se aferró a mis caderas y arrancó a darme duro con un ritmo acelerado y profundo que hacía chirriar la cama y estremecer el cuarto.

-Ahora sí, putica... Ahora sí tienes dos vergas de verdad adentro como te mereces.

-Ahhh viejo cabrón... Ahhh... ¿No decías que a ti no se te paraba y que no tenías pastillas? Ahhh... ...