Noche de tormenta 2 - Relatos Eróticos

Noche de tormenta 2

... bendita. Necesitamos agua bendita. Agua bendita. Necesitamos agua bendita. Agua bendita. Necesitamos agua bendita.-Repetía David sin parar y sin importarle mi baja y sube sobre su verga parada. Su rostro se veía cada más vez más asustado y miraba indistintamente a los lados como si alguien le hablara al oído. El abuelo se acercó a su rostro para intentar calmarlo y le puso la mano en la frente.

-No hay nadie, David. Solo estamos nosotros tres aquí en tu cuarto.. No hay ningún demonio dentro de la ella. Solo es otra puta normal de las que te traigo para llenarla de leche entre los dos.

-No abuelo... Esta es diferente... -Decía el chico muy agitado- Esta... tiene el demonio adentro. Necesitamos agua bendita. Agua bendita. Necesitamos agua bendita. Agua bendita. Agua bendita.

El viejo me miró con extrañeza y yo estaba completamente ida de este mundo metiendo la vergota del chico hasta lo último de mi vagina como si fuera el último día de mi vida. Estaba iluminada de placer y reía como loca disfrutando de todo el gozo que podía sacarle a mi delgado amante. Movía mi cintura como batidora y yo misma me apretaba las tetas hasta clavarme las uñas.

-Ven -me dijo Ramón tirándome del pelo y bajándome de encima de su nieto- Sí dice el niño que necesitas agua bendita, vamos a darte agua bendita.

-¿Pero que coño estás haciendo? -Repliqué yo siendo casi arrastrada fuera del cuarto.

-Ven, puta. Vamos a sacarte el demonio como dice mi nieto.

El viejo Ramón me llevó ...

... agarrada del pelo hasta la puerta del patio, la abrió con una llave que sacó de su bolsillo, y me empujó afuera bajo la lluvia. Después la volvió a cerrar.

.-Noooo... ¿Por qué? -Le grité yo confundida y caliente- Déjame entrar. ¡Déjame entrar! ¡Dame mi verga! ¡Déjame cogerme a tu nieto o voy a romper los cristales, viejo hijo de puta!

-Ramón mi miró un momento con una sonrisa retorcida y regresó al cuarto de David. Pasados unos segundos regresó con David cargado en los brazos y con la mazorca de maíz en una mano. David abrió la puerta y ambos salieron al patio conmigo.

Aún llovía a cántaros y cada cierto tiempo algún relámpago iluminaba el cielo, pero eso no fue impedimento para que el viejo depositara a David en el cemento pulido que cubría el suelo de su patio, y me apretara las nalgas mientras me hablaba al oído.

-Ahí tienes, puta, ya te lo puedes volver a coger bajo el agua bendita que te va a purificar..

-Estás más loco que él, viejo verde, le dije disfrutando como me abría las nalgas y solté una carcajada. Aquella era la experiencia más inusual de mi vida, pero sin duda la más excitante. Sentí su dedo acariciar mi ano, y acto seguido sentí la entrada forzada de la mazorca de maíz atravesando mi culo hasta el infinito. Dios... esa textura rugosa raspaba mi esfínter y lo ensanchaba como elástico. Ahhhhh..... Esa mazorca deliciosa...

El viejo la clavó toda hasta el final y me metió su lengua en la boca hasta masajear todos mis dientes. Después me dio una ...