Bautizando el culo de mi casera Ramira
Fecha: 03/05/2024,
Categorías:
Anal
Autor: Chavavilla, Fuente: CuentoRelatos
... ya sin el saco, mostrando unos hombros sensuales con pecas y dejando traslucir sus pechos voluptuosos por la tela del vestido. Estaba tratando de servirse un poco de vodka en un vaso de cristal, derramándolo, así que yo muy atentamente me apresuré a ayudarla a limpiar la mesa. Pensé que me volvería a pedir que me fuera a dormir, pero por el contrario me pidió que me sentara a la mesa y brindáramos juntos. Yo de forma atrevida, le pregunté sobre lo qué le había pasado.
Ella me contó sin pudor que su novio la había estado manoseando en el antro, calentándola demasiado, tanto que pensó que después de aquello irían a coger a casa de su novio. De pronto él recibió una llamada en el celular, hablando por algunos minutos con alguien, para después decirle que le había surgido un imprevisto y que tenía que regresar a su casa y que a ella la mandaría en un taxi a casa de su mamá. Ella le reclamó, diciéndole que se había vestido tan sensualmente para esa ocasión y ahora le salía con esas pendejadas. Cuando subió al taxi le dijo al novio que ya encontraría a alguien con quien disfrutar esa noche.
Ella empezó a llorar asegurando que seguramente su novio ya tenía otra. Para quedar bien con ella, le dije que él era un pendejo, que cómo podía dejar ir a ese monumento de mujer que tenía enfrente. Mientras decía eso, servía otro trago de vodka para cada uno. Ella apenada se limpió las lágrimas y me dio las gracias.
Ese piropo la hizo entrar en confianza, así que me pidió que ...
... prendiera el estéreo de la sala y pusiera algo de música para que bailara con ella. Así que, cuando sonó la música, y empezó el baile, la tomé por la cintura, viendo lo sensual que se veía contoneándose dentro de aquel vestido, con sus pantimedias y sus sandalias de plataforma. Yo aprovechaba cada giro del baile para tocar disimuladamente sus tetas sobre la tela transparente y pegar mi miembro endurecido en sus nalgas y caderas.
En eso estábamos, cuando aproveché el calor del alcohol y el baile para jalarla por la cintura y besarla en la boca. Ella sorprendida trató primero de separarse de mí, diciéndome que eso no estaba bien, girándose para tratar de sentarse en uno de los sillones de la sala, lo que aproveché para tomarla por la espalda y poner mis manos toscas en sus senos y empezar a lamer su cuello y sus hombros, mientras le decía que, si así estaba mejor.
Ella soltando un gemido de placer y con una sonrisita me dijo que sí, que así estaba mejor, luego sin previo aviso baje el escote de su vestido, quedando al aire un par de senos voluptuosos con los pezones ya todos duros. Entonces puse mis manos sobre la blanca piel de sus senos y empecé a apretar suavemente una y otra vez los rubios pezones de la señora Ramira, mientras lamía y daba pequeños mordiscos en los hombros y espalda llenos de pecas de la sabrosa madura.
Tanto ajetreo hizo que la mujer tropezara con los tacones, cayendo de nalgas sobre el sillón. Yo aproveché para agacharme sobre su pecho, prenderme de sus ...