Chantaje a Marina - Relatos Eróticos

Chantaje a Marina

Me llamo Marina Gómez, voy a hacer 41 años, soy casada con 2 hijos, ya adolescentes y estoy a punto de lograr un gran sueño profesional. Estoy a punto de ser nombrada presidenta de un importante banco, en el que trabajo desde hace unos años. Es un banco que defiende los valores familiares tradicionales y buscan alguien que los encarne, y yo doy ese perfil. Mujer casada, madre trabajadora que saca tiempo para dedicarse a su familia. Claro que también dicen que soy bastante atractiva, morena, media melena, ojos verdes y muy buen cuerpo, quizás un poco bajita pero con unos pechos bastante grandes y un trasero a juego, una mujer con curvas. Llevo unas grandes y redondas gafas que me dan un aspecto intelectual.

Claro que, aunque soy una ferviente defensora del matrimonio y sus valores, alguna que otra vez no puedo evitar caer en tentaciones. Mi marido nunca ha sospechado nada y espero que siga así.

Tengo que dejar esas cosas, si se supieran sería el fin de mi carrera en el banco. La última vez fue en la fiesta de un rico empresario, conocí a su hijo, que no llegaba a los 25 años, era muy apuesto, me llevó a la habitación de su hermana y allí lo hicimos varias veces, era tan buen amante... Yo creía que aquello había quedado olvidado pero, un par de semanas después, me iba a traer bastantes complicaciones. Me encontraba en mi despacho trabajando, cuando entró la secretaría.

- Perdón, Marina - se excusó - Se ha presentado una chica que dice que tiene que verte con ...

... urgencia.

- Ahora estoy bastante ocupada, dile que no puedo y que pida cita para otro día - le pedí yo.

- Pero se trata de Carla Fuentes, la hija de David, igual quiere hacer algún negocio importante.

Durante unos instantes me quedé bastante pensativa, ¿qué sería lo que quería esta chica? Sea lo que fuere, tenía que verla, su padre era un importante cliente, yo llevaba sus negocios con el banco, así que le dije a mi secretaria que la hiciera pasar. Era una chica joven, quizás algo mayor que su hermano, alta, delgada, pelirroja, con el pelo rizado y más bien corto, su rostro era una mezcla, aunque parezca contradictorio, de inocencia y picardia a la vez, destacando sus grandes ojos verdes. Vestía un pantalón vaquero ajustado de campana y una blusa roja que dejaba sin cubrir su ombligo. Además, lucía un collar y varias pulseras que parecían ser bastante costosas.

La recibí dándole 2 besos en la mejilla y la invité a sentarse frente a mí.

- ¿Eres la hija de Ricardo Olivares? - le pregunté yo.

- Así es - respondió ella con mucha seguridad.

- Yo soy Marina, ayudo a tu padre en algunos de sus negocios, y espero que, muy pronto, ocuparé la dirección del banco.

- Lo sé, yo soy Clara, encantada.

- Encantada también, Clara. ¿En qué puedo ayudarte? ¿Hay algún problema con los asuntos de tu padre?

- No, Marina, esta visita no tiene nada que ver con mi padre. En realidad, me gustaría hacer un pequeño negocio contigo.

- ¿Quieres invertir en algún fondo del Banco? ...