El repetidor, yo y mi madre (21) - Relatos Eróticos

El repetidor, yo y mi madre (21)

... tí-

-Me halagas- dijo Osmani riendo.

-Desnudate y enséñale a mi hermano lo que se va a comer- Dijo Paula.

-Claro-

Se puso de pie y se quitó la camiseta mirándome fijamente. Desde luego estaba muy fuerte y musculado.

-Espera- le detuvo mi hermana- Hermanito quitale tu el resto-

Me acerqué al chico y me arrodillé, tiré de la goma del pantalón hacia abajo hasta bajarlo a sus tobillos. Llevaba un boxer blanco que no dejaba nada a la imaginación, debajo había un monstruo del calibre de Manu o parecido.

-¿Te gusta lo que ves?- dijo mi hermana ante mi cara de sorpresa.

-Es muy grande- dije

-Pues aún no has visto nada. Lame, haz que se ponga dura-

Empecé a chupar sobre el boxer, lamiendo la tela desde los huevos a la punta. Notando como iba creciendo y endureciéndose.

Paula se levantó del sofá y empezó a besarse con Osmani. Ella misma bajó el boxer haciendo que la polla de su amigo me golpease en la cara.

-¿Te gusta hermanito? Chupa, vamos-

Por suerte ya tenía costumbre de enfrentarme a esos tamaños y, no sin dificultad, puede meterme gran parte de su rabo en la boca.

Ellos seguían con sus besos y magreos y yo seguía chupando. La mano de Paula agarraba el resto de la polla de Osmani y la masturbaba contra mi boca.

-¿Compartimos?- Me dijo arrodillándose a mí lado

Asentí. Durante unos segundos, me quedé mirando como mi hermana se metía la polla de su amigo en la boca, sin moverme, tan solo disfrutando de la escena. Ella me guiño un ...

... ojo para sacarme de mi pensamiento y bajé a los huevos de Osmani.

-Ufff que bien lo hacéis joder- gimió él.

Durante un buen rato permacimos así, el de pie y mi hermana y yo de rodillas haciéndole una mamada a dúo, como solía hacer con mi madre.

Cuando Paula creyó suficiente, se levantó y llevo a Osmani al sofá, lo empujó y lo hizo sentar. Después se quitó su ropa mirándole a él y dándome a mí la espalda. Se subió sobre su amigo y se clavó ella sola la polla en el coño.

-Joder lo que la echaba de menos- gimió al sentirla entera dentro

-Y ella a ti- respondió Osmani

Yo permanecía de rodillas viéndoles follar. La jaula me mataba de dolor, estaba muy cachondo, solo quería pajearme. Pero tocarla empeoraba el asunto, más dolor y más frustración al no poder masturbarme de ninguna manera.

-En mi bolso tienes un juguetito para darte gusto- dijo Paula sin dejar de dar botes sobre Osmani.

Abrí el bolso y me encontré el arnés grande, el que tenía el consolador más gordo. Lo saqué, si era la única forma de darme gusto, me follaria hasta romperme el culo.

-Ven, ponmelo- dijo mi hermana.

Se puso de pie, sacando el enorme rabo de su amigo de su coño. Le puse el arnés en su sitio y se sentó nuevamente clavándose la polla de Osmani, pero está vez sentada sobre el mirando hacia a mí.

-Ponte sobre mí, vamos- me dijo.

Me puse de pie sobre el sofá con las piernas abiertas a los lados de ambos y, poco a poco, bajé hasta clavarme el consolador. Quedando los tres ...