1. EL CASTIGO DE CLAUDIA II


    Fecha: 17/05/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: zaphyre, Fuente: RelatosEróticos

    ... entre sus muslos se abría un espacio que revelaba su joven coño, perfectamente depilado y listo para el placer.
    
    Se colocó delante de Manuel, quien no podía apartar la vista de ella. Con un giro sensual, Claudia se inclinó hacia adelante, separando las nalgas de su culo con sus manos, exhibiendo sus agujeros del placer con desafío y lujuria.
    
    Manuel, lleno de autoridad, la tomó con firmeza y la sentó en su regazo, sus voces cargadas de deseo.
    
    —Ven aquí, pequeña zorrita. Voy a darte tu castigo —dijo con voz ronca y dominante.
    
    Con mano temblorosa, Manuel tomó uno de los cubitos de hielo de la jarra cercana. Con precisión, comenzó a jugar con los labios de Claudia, deslizando el hielo sobre su piel sensible. El contraste entre el frío y el calor envolvió a Claudia en una tormenta de sensaciones, haciendo que su cuerpo se estremeciera de placer.
    
    Claudia sintió cómo el hielo recorría su cuerpo, comenzando desde la barbilla y deslizándose lentamente hacia abajo, alcanzando sus pezones. El efecto fue inmediato: sus pezones se endurecieron como piedras, listos para la intensidad que estaba por venir. Manuel no desaprovechó la oportunidad y los chupó con avidez, desatando gemidos de placer en los labios de Claudia.
    
    Entre gemidos, Claudia le susurraba a Manuel:
    
    —Oh sí, me encanta cómo los pones tan duros...
    
    Manuel la sujetó con firmeza y la posicionó a cuatro patas en el sofá, exponiendo su cuerpo deseoso y ansioso de placer. Jugando con el hielo, Manuel lo ...
    ... deslizó desde la espalda de Claudia hasta llegar a su culo. Con movimientos sensuales, giró el hielo alrededor de sus nalgas antes de introducirlo entre ellas. El contacto frío del hielo en el estrecho agujero de su culo provocó que Claudia diera un respingo, seguido de un gemido y una risita juguetona.
    
    Luego, Manuel le ordenó a Claudia:
    
    —Abre bien las piernas.
    
    Sumisa y excitada, ella obedeció, separando sus piernas para él. Manuel continuó deslizando el trozo restante de hielo por los labios de su coño, provocando una sensación refrescante y electrizante en el centro de su ser. Los jadeos de placer de Claudia se volvieron más intensos y desesperados, llenando el aire con su dulce melodía de éxtasis.
    
    Manuel acariciaba el coño mojado de Claudia, reemplazando el frío del hielo con el calor de sus dedos. Con habilidad y destreza, deslizó sus dedos entre sus labios hasta alcanzar su clítoris, estimulándolo con movimientos precisos y provocando gemidos de placer en los labios de Claudia.
    
    —Oh sí, qué rico... ¡Oh! —jadeaba Claudia, al borde de la desesperación por sentir la polla de Manuel desflorándola.
    
    Manuel separó las nalgas de Claudia, abriendo su coño de par en par, revelando la entrada ansiosa y lista para recibirlo. Sin poder resistirse ante esa imagen tentadora, hundió su boca en ella, llevándola a un éxtasis inmediato.
    
    Claudia se estremecía ante la habilidad de Manuel, dejando escapar un sonoro gemido:
    
    —¡Ohhhh por Dios!
    
    La lengua de Manuel se deslizaba ...
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