Lujuria en Hogwarts. 10: Slytherin de sangre pura - Relatos Eróticos

Lujuria en Hogwarts. 10: Slytherin de sangre pura

... madre o el director Dumbledore, ¿Quieres eso? ¿Quieres que nos separen para siempre y que se manche el apellido de la familia Malfoy?

—... No.

—Pues entonces debes sacarte las castañas del fuego tú mismo. Mira, creo que tengo una idea para que deje esa actitud que ha tomado contigo, algo infalible para que no pueda resistirte y vuelva a ser el de siempre.

—¿De verdad? —Preguntó Draco con los ojos brillando de ilusión, sin imaginar la táctica que su padre iba a enseñarle.

—Sí. A ver, atento. Tú... Imagina que eres Snape, ¿Vale? —Le dijo Lucius a su hijo, quien confundido, aceptó.

—Vale.

—Estás tan tranquilo corrigiendo exámenes y de repente entro yo, Draco Malfoy. Estás enfadado conmigo y no estás de humor para visitas, por lo que me pides que me vaya.

—Ajá.

Desde aquel momento, Lucius comenzó a imitar en la realidad lo que estaba diciendo, como un actor interpretando en el teatro.

—Yo me niego. Avanzo hasta ti y me arrodillo en el suelo, enfrente de tu escritorio. Tú me ignoras, por lo que aprovecho para llegar hasta tí. Antes de que puedas decir nada, me agarro a tu paquete. Sólo mi tacto basta para que comiences a endurecerte.

—P-papá... —Dijo Draco en un suspiro.

Lucius cumplió lo que había narrado. Arrodillado frente a él, Lucius estaba toqueteando el erecto miembro de Draco por encima de su pantalón de pijama, que pasó de cero a cien en un momento.

—Yo adentro mi mano en tu túnica. Ya no te quedan más opciones que prestarme atención ...

... de nuevo.

Draco lanzó una risita picarona mientras se acostumbraba a las agradables reacciones que estaban recorriendo su cuerpo. Lucius era un hombre muy sexual, y todo lo que no podía hacer con Narcissa, lo hacía con su hijo, utilizando diferentes juegos eróticos. El boxer fue bajado junto a los pantalones por debajo de las rodillas, dejando libre el tiesísimo rabo de Draco, el cual fue engullido por la tibia boca de su padre casi al instante. Lucius se la tragó entera. Esto no le supuso demasiado esfuerzo, pues, además de la práctica adquirida por el paso de los años, la polla de Draco tampoco poseía un excesivo tamaño, apenas llegaba a los quince centímetros.

La larga nariz del mayor quedó pegada a los pelos dorados de su pubis, llegando a aspirar el olor a jabón, pues Draco se había duchado hace escasos minutos. Lucius escuchó jadeo procedente de los labios de su hijo. Lo miró, y aquella imagen iba a quedarse para siempre en su memoria. Definitivamente, Draco poseía una belleza sobrehumana, similar a la de un semidios, aquellos que eran el fruto de una pasión entre un dios y una mortal. Lucius apretó sus labios al sacársela de la boca, notando las venas en sus belfos.

—A-ahh...

Lucius volvió a meterse la polla en la boca algo más rápido y empezó un mete-saca, agarrado de los muslos lampiños de Draco para impulsarse. Fue intenso, se golpeó él mismo su propia campanilla, pues intentó la técnica de la garganta profunda, causándole un gran placer a Draco, quien se ...