Lujuria en Hogwarts. 10: Slytherin de sangre pura - Relatos Eróticos

Lujuria en Hogwarts. 10: Slytherin de sangre pura

... dedicó a gemir mientras pasaba la mano por la gran melena de su padre, pero sin follarle la boca. Draco no tenía una actitud dominante.

Cuando terminó de calentarlo gracias al maravilloso oral realizado, Lucius se levantó del suelo y Draco de la silla del escritorio. Ambos se desnudaron mutuamente. Draco se quitó la escasa ropa que le quedaba. Luego, mientras su padre se despojaba de la parte de arriba de su atuendo, Draco tomó asiento en la cama y desnudó a Lucius de cintura para abajo, dejando cautivo el empalmado rabo de su padre; este era de la misma longitud que la de Severus, aunque la de Malfoy era un poco más curva y el vello púbico que la decoraba era de tonos rubios, en lugar del negro, que era el predominante color en la polla del profesor Snape.

—¿Me has echado de menos? —Preguntó Lucius con la voz ronca.

—Cada día. —Respondió Draco, tomando el duro miembro de su padre en las manos.

Draco empezó a masturbar el palpitante rabo de su padre mientras chupaba su hinchado prepucio, que ya tenía unas gotas de líquido preseminal, que estaban deliciosas. Después, inició una repartición de húmedos besos por toda la extensión de su polla, erizandole el pelo a Lucius. Finalmente, Draco se tragó aquel mástil, haciéndole una mamada mucho más rápida e intensa que la que su padre le hizo. Lucius notaba como su hijo luchaba por tragar la mayor cantidad de polla, pero el escuchar una arcada en medio de su intento fue la gota que colmó el vaso de su ...

... paciencia.

Lucius agarró su cabeza con posesividad y le dió una potente estocada, a esta le siguió otra, y otra más, hasta que aquello se convirtió en una follada de boca como dios manda. Su ardiente polla entraba y salía sin respeto alguno de la boca de su hijito. Lucius tenía los ojos en blanco del placer, mientras que el pobre Draco resistía como podía esas estocadas con sus ojos llorosos del esfuerzo. Lucius fue reduciendo el ritmo, ahora se concentraba más en empujar su cabecita lo más hondo posible, quería sentir cómo Draco era empalado por su verga. Al rato, el puberto abandonó la mamada por un momento para recuperar el aliento. Aquella imagen nunca se iría de la mente de Lucius; su hijo con la carita al rojo vivo, recobrando la respiración con el cabello pegado a su frente debido al sudor que había desarrollado por la labororiosa mamada que estaba llevando a cabo.

—¿Te está gustando, Draco? ¿Te gusta la polla de tu papá? —Preguntaba el mayor seductoramente

Draco asintió frenéticamente, como un perrito cuando le daban una golosina. Le había costado un poco y su garganta le picaba, pero amaba cuando su padre tomaba el control. Le gustaba mucho el sabor de su gorda polla, era saladita y el tacto de la piel rugosa de su miembro era de los favoritos para sus papilas gustativas. Draco quiso continuar con la mamada, pero Lucius se acostó en la cama, y él acudió al llamado.

Padre e hijo se encontraban magreándose intensamente, sus duros miembros se rozaban cada segundo mientras ...