Lujuria en Hogwarts. 10: Slytherin de sangre pura - Relatos Eróticos

Lujuria en Hogwarts. 10: Slytherin de sangre pura

... besaban los labios del contrario, jugueteando con sus lenguas. Draco acariciaba morbosamente el pecho de Lucius, mientras que este palpaba sus nalgas apasionadamente. Cuando, después de tanto de rebuscar, encontró la entrada de su hijo, Lucius metió un dedo sin previo aviso. Draco gimió ahogadamente entre los labios de su padre, hacía más de un mes que no lo habían follado y el volver a sentir una intromisión en su ano le dolió un poco, pero también supuso un pequeño gustito en esa zona. Lucius metía y sacaba el dedo ágilmente, dedeándole para que estuviera listo para recibirlo. Por otro lado, Draco sólo gemía y se dejaba hacer; el rubio era muy sumiso, por lo que se dedicaba a obedecer y a recibir gustoso el placer que le ofrecían. Nadie en Hogwarts se imaginaría que Draco era en realidad una puta sedienta de polla. De saberse, seria su final inmediato.

Cuando Lucius dilató lo suficiente aquel insaciable agujero, decidió cambiar las posiciones, escogiendo en este caso la del misionero. Draco abrió sus piernas para darle paso a la virilidad de su padre, la cual entró casi sin complicaciones en su interior, aunque esto no significaba que sus paredes internas no fuesen tan estrechas como siempre.

—Ahg~ D-draco... Que rico estás mi niño...

Draco enredó sus dedos en la desordenada melena de león de su papá, evitando lanzar alguno de sus agudos gemidos, pero cuando notó esos colgantes huevos chocar contra sus nalgas, no pudo reprimirse más.

—O-ohh... P-papá... ...

... —Gimoteaba el joven muchacho.

—Shhh, ya está toda dentro...

—Mgh~

—¿Quieres que me mueva? ¿Sí, putita mía?

—S–sí.

—Pídemelo, zorra.

Lucius abofeteó a su hijo, recordándole que, en esta ocasión, debía ser respetuoso y educado, no el niñato caprichoso que estaba acostumbrado a ser normalmente.

—M-muévete... Por favor... —Pidió Draco con el hilito de voz que le quedaba.

Su padre le dio el visto bueno y accedió a los deseos de su hijo, cargándole las piernas en los hombros y comenzando a follarselo. Esta era exactamente la misma postura en la que se lo había follado la primera vez, unos meses antes de que se fuera a Hogwarts a estudiar. Ambos recordaban esa experiencia como algo mágico, muy especial; fue cuando se forjó su idílica relación entre padre e hijo.

Lucius se movía energéticamente. Sus estocadas eran poderosas y directas. La próstata de Draco era golpeada durante cada segundo, pues su padre ya sabía la ubicación de esta a la perfección. Los huevos del mayor chocaban contra sus nalgas, mientras que el tieso rabo de Draco rebotaba en su propio abdomen constantemente. El característico sonido de los "aplausos" se mezclaban con las entrecortadas respiraciones de ambos y con los muelles de la cama, que ya daban signos de desgaste por todos los actos de lujuria llevados a cabo en ese colchón.

El ritmo fue rebajado por momentos, por lo que, para no perder la intensidad, Draco se agarraba de las velludas nalgas de Lucius para empujarlas hacia él y poder ...