Diario de un Consentidor 183 Los ausentes
Fecha: 31/05/2024,
Categorías:
Intercambios
Autor: Mario, Fuente: TodoRelatos
... hondo de su mente; yo no sabía entonces cuánto le estaba removiendo.—. Dímelo. —insistí, Tomás se agarró el miembro y comenzó a agitarlo con furia, yo seguí presionándole—. Di, ¿qué me harías?
Me agarró la cabeza y la dirigió hacia su sexo, yo besé el hinchado glande y lo hundí en mi boca; «¡Oh niña, mi niña!» escuché y me trastorné. Lo engullía con ansía, lo devoraba como si no se la hubiera mamado antes, lamía con hambre, parecía que quisiera hacerle acabar ya, rápido, tan desesperadamente rápido como movía la cabeza sobre su pubis.
—¡No, para, para!
Me asustó, no sabía qué le sucedía.
—Date la vuelta; aquí. —ordenó golpeando la cama.
Me incorporé, clavé los codos en el colchón, dejé las rodillas separadas y el pecho hundido, todo daba vueltas, aquella tremenda felación me había mareado. Se colocó hasta quedar situado detrás, no creí que pudiera hacerlo, tendría que ayudarle; me equivoqué, se manejó con soltura para sujetarme por la cintura con una mano y situar la polla entre los labios empapados, noté la gruesa punta tanteando, sabía que no me iba a doler. Me preparé, aflojé cuando sentí la presión, fue sencillo, muy sencillo, antes de darme cuenta la tenía dentro, escuché un resoplido; ¡Oh sí!, Carmen… Gemí para satisfacerle y empujé encontrándonos en el impacto de nuestros cuerpos, para Tomás era un triunfo conquistar mi culo y le hice saber que me sentía vencida, derrotada, abierta aunque no fuera verdad; gemí, dejé caer la cabeza y suspiré con ...
... ganas cada vez que la pequeña verga me penetró, pero me cuidé de no exagerar la escena. Por fin sentí la inminente llegada de la eyaculación y me ayudé con los dedos para alcanzar mi placer.» (2)
—Pensé que sería suficiente. ¿Ya sabes lo que se siente?, le pregunté cuándo nos recuperamos, para mi sorpresa lo negó; según ella, yo había sido tan dulce como siempre, ¡dulce, si la había azotado y sodomizado sin el menor escrúpulo!, le había pagado, es cierto, pero tú también le habías pagado, no era más que una simulación. Entendí que no lograría sacarle de la cabeza esa locura hasta que se viera inmersa en el mundo que viven a diario mis chicas. Llamé a Lorena, tardó poco en venir, Carmen trató de adecentarse pero se lo impedí, tenía que enfrentarse a la realidad de una puta. Le propuse empezar a trabajar con ella. No se lo propuse, lo di por hecho y aceptó. Así fue como comenzó, le faltaba rodaje pero sabía que estaba dispuesta y tenía ganas, cometió errores pero aprendió rápido. Es, con diferencia la mejor de todas.
—¿Era necesario?
—Me rendí, Mario, estaba decidida a emprender ese camino, si lo hacía conmigo al menos podría protegerla.
Tenía sentido, podía imaginar el peligro que habría corrido si hubiese caído en manos de cualquier pervertido dispuesto a explotarla. Tomás continuó:
—Le gusta, es su talón de Aquiles. Puede que haya empezado buscando el origen de un trauma o lo que sea aunque dudo mucho de que, cuando lo encuentre, abandone esta vida; le gusta ...