¿Por qué a mí? Capítulo 48 - Relatos Eróticos

¿Por qué a mí? Capítulo 48

Capítulo 48

Quiero Conocerte.

Así que me decidí, agarré mi toalla, me metí a bañar y seleccioné la misma canción que mis vecinos habían escuchado cuando había llegado a casa; le puse repetición varias veces; y es que era necesario, para que su letra me motivará a continuar a pesar de los muchos golpes que he recibido; en esta vida que he llevado me han herido, me han destruido la moral, me han destrozado más de lo que ya, me desilusionaron y me han tocado accidentes fatales y superado un intento de suicidio; esto es por ti amiga, te haré caso, viviré y disfrutaré esta segunda oportunidad aunque me limite más de lo que ya estaba, pero yo viviré hasta dónde mi destino tenga la última palabra de la última página de mi vida, sólo espero y deseo que vengan cosas buenas, ¡ojala que sea así!

Ya era noche, mi mamá había preparado de cenar; claro que cené, a pesar de sus comportamientos que ha tenido últimamente, cené a su lado y al de mis hermanos; luego de eso, mis hermanos y yo nos dispusimos a ver la televisión, en lo que yo esperaba la llamada de Aníbal para decirme que saliera; en la espera impaciente de mi parte, mi medicamento se me había olvidado tomar; ¡es de suma importancia que siga con el antirretroviral!; así que me levanté del sillón y me fui a la cocina a tomar la pastilla con bastante agua.

– Pensé que ya te habías ido. – Mi mamá bajaba a la cocina para tomar su té.

– Aun no vienen por mí. – Respondí terminando mi segundo vaso de agua.

– ¿Se puede ...

... saber a dónde irás? – Me cuestionaba.

– Pues así como saber no, no sé la verdad, sólo me dijo Aníbal que lo acompañará a donde está trabajando, pero no me dijo más. – Le contesté sin ocultarle ya nada.

– ¿Cómo?, o sea es conocido tuyo y ni si quiera sabes más de él. – Algo intrigada mi mamá.

– Sí fuera Flavio no cuestionaría en lo absoluto tu salida, pero con ese chico mmm no me agrada, hubiese preferido que fueras con ese muchacho Alan Alejandro, él sí se ve buena gente. – Mi mamá sugiriendo en lo que ponía a calentar agua.

– Mamá, increíble que después de todo sigas así con esa actitud de querer ahora controlar todo, ¿pues qué te paso en estos dos años que estuve en coma?, no eras así. – Le decía dándole la espalda lavando mi vaso.

– Es qué sabes mamá, siento que las cosas no deberían ser como tú quieres, Flavio es mi amigo nada más, Alan Alejandro fue una persona que ustedes contrataron para mi cuidado y resulto ser una persona que dice tener interés por mí pero nunca lo vi pararse en el hospital para preguntar sobre mi estado de salud, ¿y así crees que es buena gente? – Me volteaba diciendo en lo que me secaba las manos.

– Al menos Aníbal del diario me escribe, hablamos por llamada o en ocasiones vídeo llamada, pero no ha sido indiferente, ni grosero, ni desinteresado, así que mamá yo confió más en Aníbal que en ese tal Alan Alejandro. – Le miraba serio.

– ¡No puedo creer eso de Alan!, ¡pero se ve bien buena gente! – Mi mamá admirada.

– Pues sí mamá, ...