Perrita sevicial
Fecha: 12/06/2024,
Categorías:
Dominación / BDSM,
Autor: foxita, Fuente: TodoRelatos
Había dejado atrás sus derechos como humana, ahora era una perra. Quizá incluso menos que una perra, pues era tratada como un simple objeto sexual y sevicial para aquel hombre al que tanto adoraba. Se conocieron tiempo atrás, en una página dedicada al BDSM, donde todo tipo de personas compartían sus gustos al público. La perrita, cuyo nombre desapareció en el tiempo y se vió sustituído por todo tipo de connotativos humillantes y llenos de desprecio, le escribió un mensaje de presentación al que ahora era su Amo. Le contó a cerca de sus gustos y su papel como sumisa, y el Amo, complacido por lo que leía en la pantalla de su ordenador, le propuso conocerse. De esa forma, y tras un tiempo en el que aprendieron el uno del otro, la perra abandonó su vida de humana y se mudó a la casa de su Amo, lista para convertirse en un buen objeto de uso.
Su Amo le había puesto un collar, cerrado con candado, para que la perra no olvidase jamás lo que era. Sin embargo, que olvidara su condición era completamente imposible pues, todo lo que hacía en el día a día, le demostraba que era poco más que el juguete sexual de su Amo. Llevaba un plug con cola en el culo de forma permanente, así como un vibrador que podía encenderse en cualquier momento que su Amo así lo deseara. Todo estaba sujeto bien adentro con un cinturón de castidad. El Amo se había visto obligado a ponerselo pues la perra aprovechaba cuallquier rincón donde pudiera restregarse para aliviar su excitación. Todo rastro de bello ...
... había desaparecido de su cuerpo, el Amo se encargaba de depilarla y bañarla, y con bañarla me refiero a enchufarle con la manguera y dejar que la perra se limpiase mientras sufría la tortura del agua fría chocando contra su piel. Iba siempre desnuda, excepto por los objetos anteriormente mencionados, y se movía a 4 patas, pues tenía siempre atados los brazos y las piernas de forma que apoyaba su cuerpo en sus codos y sus rodillas. De vez en cuando, cuando a su Amo no le gustaba la postura en la que la perra andaba, sustituía el plug por un gancho que ataba al pelo de su perrita, de forma que tirada de su cabeza hacia atrás y creaba una buena posición de perro con la espalda más curbada.
Las mañanas de la perra empezaban de lo más entretenidas. La perra dormía en el sótano, en una pequeña jaula donde a penas entraba encogida y a cuatro patas. Normalmente estaba abierta, para que pudiera salir y acercarse a su cuenco de comida para perros o a su cuenco de agua, pero por la noche, el Amo la encerraba bajo llave. Tenia un pequeño pero intenso vibrador que empezaba a vibrar a las 7am y le hacía saber que su Amo ya había despertado, pues este controlaba el vibrador desde un mando que guardaba en su pesa de noche. La perrita se despertaba siempre agitada y excitada, con la lengua fuera y ansiosa de ver a su Amo. Escuchó los pasos de su Amo y su corazón empezó a latir aún más rápido. Fue entonces cuando vió a su Amo bajar por las escaleras y saludarla con una ronrisa de oreja a ...