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Esclavo de una puta Ucraniana 3
Fecha: 12/06/2024, Categorías: Dominación / BDSM, Autor: limpiabotas44md, Fuente: TodoRelatos
Enseñándola mí casa … Pague la cuenta, me levante y con la atención que un lacayo dispensa a su Ama: corrí la silla para que pudiera levantarse, admire su cuerpo enfundado en el vestido de látex y la ayude a ponerse el abrigo de Dominatriz. Note la envidia de todos los comensales cuando abandonábamos el restaurante, la rubia despampanante, con paso arrogante, delante y el macho sumiso, unos pasos por detrás, siguiéndola… En la calle, se colgó de mi brazo y el orgullo invadió mi ego… Llevaba del brazo a la Mujer más espectacular y sexy que había conocido en mi vida… Nos dirigíamos al parking, íbamos a coger el coche para enseñarla mi casa… soñaba con que la gustara y quisiera vivir en ella. - En el restaurante, te has comportado como debías… - Espero que le guste mi casa. Previendo que pudiéramos ir algún sitio, había atrasado a tope el asiento del copiloto, para aumentar el espacio del habitáculo y pudiera sentarse cómodamente en el interior de mi coche. Cuando llegamos al coche, dejo que la desabrochara el abrigo y se lo quitara como si fuera ya, el protocolo que debía seguir cuando estuviera a su lado… lo que volvió a prender mi personalidad sumisa. Quede de pie, sostuve la puerta, mientras la puta se introducía en el coche, sin prisas, lánguidamente, capturando mi atención… - Jeje… Creo que vas asumiendo cuál es tu papel. Cuando se acomodo, me agache y bese la puntera de cada una de sus sandalias… Mostrándola cual creía que era mi ...
... sitio. Cerré la puerta, corrí al sitio del conductor y arranque. Se tumbo sobre el sillón, su cabellera rubio platino rebosaba sobre el reposacabezas, estiro sus largas piernas, apoyo sus tacones sobre el salpicadero, acomodándose, provocándome y tomando posesión del habitáculo… arrinconando mi espacio de conductor. - ¡Muñeco! ¿Te apetece acariciar mis piernas, mientras conduces? - Sería un honor para mí… Conduje con una mano recorriendo su piel de porcelana, empalmado; en los semáforos mis dos manos masajeaban sus piernas de infarto y mis sentidos estaban abducidos por su perfume y su presencia apabullante. Cuando llegamos a mi casa, abrí su puerta y quede hipnotizado por su seductora forma de descender del coche. Se coloco delante de mí adoptando una imperial posición, con los brazos en jarras y piernas separadas. Incapaz de resistir su mirada, sintiendo su superioridad sobre mí, baje la cabeza… - Ahora ¡salúdame como debes! Me arrodille y bese cada uno de sus pies, sus empeines, su calzado... Me introdujo su puntera en la boca y la chupe con pasión… Me tumbe en el suelo del garaje, como si fuera un felpudo y comencé a limpiar sus suelas con mi lengua… Oí su risa y la fiebre me invadió… - Jajaja… ¡Esta será tu forma de saludarme siempre! ¿Entiendes? - Si, Valquiria. - Basta, muñeco… ¡Enséñame tu casa! Paso por encima de mí, pisando con sus tacones mi cuerpo y como si fuera la Dueña de la casa penetro en el recibidor… Me levante, me puse la ...