Como si no fueras mi madre 2
Fecha: 15/06/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: VictoriaSG, Fuente: TodoRelatos
Cuando le pedí a mi madre que me chupara la polla se quedó sorprendida. Probablemente no esperaba que me atreviera a pedírselo, pero después de haberle comido el coño ya era absurdo andarse con remilgos. Necesitaba saber lo que se sentía antes de tener mi cita con Aída, para intentar convencerla de que no era un pringado casi virgen.
En realidad, aquello era una excusa que en aquel momento me venía muy bien, porque lo que realmente me impulsó a pedirle eso fue lo cachondo que estaba. Aída decía ser una experta en el sexo, pero dudaba mucho que pudiera ganar a mi madre y sus años de experiencia en citas con gañanes.
- Puedo chupártela, pero luego no me digas que te arrepientes.
- A buenas horas...
- Está bien, pero no creo que aguantes ni treinta segundos.
- Intenta no ser muy bruta.
- Ya sabes cómo soy, Ángel.
Sabía de sobra cómo era y que la sutileza no estaba entre sus cualidades. Ni siquiera dejó que me bajara los pantalones. Mi madre tomó el control de la situación, agarró mi polla y se la llevó a la boca sin ningún tipo de estimulación previa. Hizo suyos mis huevos y comenzó a mamar tal y como me imaginaba.
Entre la enorme excitación que llevaba encima y sus succiones extremas, casi no me dio tiempo ni a entender qué estaba sucediendo. Mi madre movió la cabeza a toda velocidad, haciendo aparecer y desaparecer mi tranca en las profundidades de su boca. No utilicé un cronómetro, pero estaba convencido de que no había aguantado ni esos treinta ...
... segundos.
Fue breve, intenso y muy satisfactorio. Mi madre tardó más tiempo en tragarse todo el semen que yo en eyacular. Como aprendizaje no me iba a servir, pero había recibido mi primera mamada, de boca de toda una experta. Solo con que Aída supiera utilizar su lengua la mitad de bien, volvería a ser una gran noche.
- Creo que en esto la vas a cagar.
- ¿Por qué dices eso?
- Te has corrido enseguida... y eso que soy tu madre.
- Era la primera vez que me lo hacían.
- Cuando te pille esa zorrita joven, no llegarás ni a sacártela.
- Vaya ánimos me das.
- Intenta que te la coma nada más subir a casa, antes de que estés cachondo.
- Ya me ha dicho que nada más subir me va a tocar lamer.
- Recuerda que estaré encerrada en la habitación de al lado.
- ¿No prefieres salir a cenar?
- No seas tonto, así podré darte consejo.
En condiciones normales, follar teniendo a mi madre pared con pared me parecía de locos, no sería capaz, pero llegados a ese punto ya todo carecía de sentido. Lo que más me preocupaba era saber hacérselo yo a ella y se podría decir que eso ya estaba resuelto. Ya me preocuparía después de lo otro, si es que acabábamos llegando a eso.
Al día siguiente volví a ponerme como un pincel para mi nueva cita con Aída. Bien vestido, perfectamente peinado y con los bajos depilados, que no todos los días tenía la opción de lucirlos. Antes de salir, mi madre volvió a ponerme nervioso con sus consejos y su peculiar forma de animarme para que ...