1. A mi marido le van las pollas


    Fecha: 15/06/2024, Categorías: Bisexuales Autor: El Manso Embravecido, Fuente: CuentoRelatos

    Julia es una mujer de 35 años, muy pizpireta y extrovertida. Le gusta vestir muy juvenil (con vaqueros rotos, camiseta de tirantes y tenis, por poner un ejemplo). De altura anda sobre el 1,74 m y pesará unos 53 kg. Pelirroja, con pecas y unos ojos verdes que parecen perlas de lo mucho que brillan. Su marido, Ernesto, tiene 2 años más que ella. Sufre de alopecia por la cual se rapa la cabeza para parecer que es calvo por gusto. Mide 1,80 m, de complexión fuerte y lleva un poco de barba bien recortada.
    
    Son una pareja feliz. En los juegos de alcoba suelen meter algún juguete para amenizar la noche un poco más. Por ejemplo, Julia es muy fogosa y cuando a Ernesto se le acaba la mecha (que suele ser después de cuatro horas buenas con sus tres respectivas descargas de leche merengada), pues recurren a algún consolador con el que Ernesto le sigue dando brasa a su mujer.
    
    Julia observa que cuando su marido le saca del coño el consolador, todo empapado en sus jugos, él chupa con devoción aquel falo de látex. Al principio, ella pensaba que lo hacía porque disfrutaba con el sabor de sus caldos, pero poco a poco fue llegando a la conclusión de que aunque en parte ese era el motivo, en verdad de lo que disfrutaba era de meterse esa verga en la boca. Seguro que se imaginaba que era de verdad.
    
    Ernesto relamía, chupaba y succionaba aquella tranca, parándose más en el glande, y con la excusa de recoger los efluvios de su mujer (para paladearlos y saborearlos antes de tragarlos), ...
    ... le hacía una buena comida de polla a aquel consolador. Julia notaba que el miembro de su marido se ponía más tieso y palpitante cada vez que chupeteaba los dildos y consoladores de ella. A julia no le cabía ninguna duda. ¡A su marido le iban las pollas!
    
    El caso es que esa actitud chocaba con su estética y comportamiento. Ernesto es un hombre muy masculino. Con su vasta barba y su cráneo rapado da una imagen de chico malo. En algunas ocasiones hasta hace comentarios homófobos y soeces respecto a los chicos con pluma. Él no es un hombre refinado, culto o afeminado.
    
    Julia está un poco confundida y decide ponerle un cebo a su marido. Planifica una excursión a una playa nudista un fin de semana con una pareja que ella conoce. Julia trabaja con la mujer, que se llama Lola, e hicieron muy buenas ligas. Al marido, que se llama Pepe, lo conoce algo menos, pero le parece un buen mozo.
    
    Lola es morena de cabello y con media melena. 1,65 m de altura y un cuerpo bien moldeado. Pepe fue jugador de baloncesto, anda en el 1,95 m de altura y al trabajar de entrenador se mantiene bien en forma.
    
    Julia y Ernesto tienen una auto-caravana con la que suelen hacer escapadas los findes. Esta vez la compartirán con Lola y Pepe.
    
    Por fin llegó el día señalado. Quedaron en reunirse en una cafetería de las afueras. Julia les presentó su marido a Lola y Pepe. Hacían una buena “pareja” los cuatro.
    
    Se dirigieron a una cala preciosa de la costa y aparcaron la auto-caravana en un camping ...
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