La tormenta perfecta - Relatos Eróticos

La tormenta perfecta

Era sábado por la tarde de un día bastante caluroso amenazando tormenta climatológica, las casualidades de estas no ocurren a menudo pero encontré un par de tíos con los que había tenido algún rollete supuestamente los dos bisexuales y evidentemente les había conocido por separado ya que el día ocurrió que primero vino uno y luego el otro a saludarme.

Más o menos todo el mundo conocía a todo el mundo y no es precisamente que estuviese en una zona de ambiente ya que no me van este tipo de sitios pero si era un local que estaba de moda.

Un par de veces que fui al baño me crucé con alguien a que tampoco le di mucha importancia pensé que simplemente era casualidad cruzamos un par de miradas con la típica expresión de cara al espejo mientras lavamos las manos haciendo el comentario de el calor que hacía añadiendo yo que el mejor sitio tenía que ser estar debajo del agua, el añadió riéndose que mandaría lejos que nos mojásemos con alguna tormenta, yo ya estoy mojado por dentro para solo falta por fuera, el añadió que también se encontraba bastante a gusto volviendo a sonreír los dos.

No sé si el alcohol o simplemente la cortesía o algún buen recuerdo con ambos me di la mano un abrazo y algo como un par de besos en plan amigo en la mejilla.

Todo normal sin ningún propósito ya que tanto uno como en otro estaban con más gente, yo estaba algo perdido ya que tenía el día un poco cruzado y los tragos no lo estaban mejorando.

Empezaba a caer las primeras gotas y se oía ...

... algún trueno lejano, cuando el tipo pasó delante donde me encontraba yo para comentarme que efectivamente nos íbamos a mojar.

Yo apuraba mi copa y él acaba de dejar la suya vacía sobre la barra, empecé a caminar con la intención de llegar hasta el tren sin mojarme demasiado, poco a poco la tormenta fue llegando y la cosa empezó a ponerse más oscura y precipitar con fuerza, me había puesto a correr pero ya estaba empapado hasta los huesos cuando me refugié debajo del toldo de una tienda y llegó corriendo también el tipo con el que me había cruzado en el bar.

Joder eso que hemos dicho que nos íbamos a mojar por no haberlo retirado antes ya yo calculé para coger un tren pero creo que ya no merece la pena ni que lo coja menuda mojada llevo, él comentó lo mismo que estaba calado hasta los huesos pero que por suerte vivía un par de calles más allá.

Bueno voy a ver si me doy otra carrera, hice como unos cien metros volviéndome a parar debajo de unas casas, a los segundos llegó el tipo al mismo sitio donde ya me encontraba yo, bueno yo no tengo más que cruzar la calle y estoy en casa.

Pues bien de puta madre a mí me quedan como cuatro carreras o cinco como esta vamos como medio kilómetro o algo más para entonces ya le importará que corra o no no habrá un solo centímetro de mi piel que no está encharcado de agua.

Bueno tío no sé pareces buena gente y me he fijado que conocías a gente que yo también conozco si quieres puedes subir a casa y a esperar que pase esto o incluso ...