Tortilla de cuatro huevos II: ¡Rómpelos! - Relatos Eróticos

Tortilla de cuatro huevos II: ¡Rómpelos!

... carcajadas señalando la pequeñez fálica de los muchachos que solo podían callar llenos de ira e impotencia, era el peor día de sus vidas.

-Creo que ya que no hay ningún adulto cerca puedo desnudarme porque este traje de sirvienta ya me tiene harta. - Sarah se quitó sus prendas y quedo totalmente desnuda frente a los 3 adolescentes, su magnífico cuerpo atlético con tetas carnosas y de grandes pezones apuntaba a los deslumbrados varoncillos que empezaban a babear ante la vista. Sarah exhibía además un frondoso arbusto de bellos recortado en forma de triángulo sobre su coño.

-Mirad, esto es el cuerpo de una mujer adulta, si quieres puedes hacerlo tú también Andrea, no hay nada que temer, ahora las chicas mandan en esta casa. -

Andrea lo pensó un instante, pero no tardo en quedar totalmente desnuda al igual que la sirvienta. Ahora ella también mostraba orgullosa sus gordas tetas blanquitas con pezones invertidos y su chocho también decorado con bello color castaño alrededor.

-Ahora lo veis chicos, nuestros coños húmedos y peludos son superiores a esas pelotas rosadas que os cuelgan. - Explicaba la morena mucama.

Los burguesillos callaban mientras sus genitales eran objeto de la burla de las chicas, pero lo peor estaba por llegar.

-Bien para la receta que prepararemos Andrea y yo lo primero será añadir un poco de vinagre a los huevos. - Dijo Sarah

-Aquí está el vinagre. - Dijo sonriente Andrea.

-Bien ahora añade una buena cantidad de eso a esos 4 huevos ...

... lampiños, no te ahorres nada tienen que chorrear por todos lados, yo iré buscando el resto de las cosas. - Dijo la chef dándose vuelta meneando sus grandes nalgas.

-¡AAAAGGGG!¡Como escuece!¡Detente!- Chillaba Marcos cuando Andrea soltó media botella de vinagre sobre su zona genital, el líquido ardía como el demonio sobre la piel recién rasurada llena de pequeñas heridas.

-Oh vamos compórtate, es solo un condimento de cocina. Psss, eres un quejica. - Le reclamaba Andrea con una malvada sonrisa.

-Y ahora tú, toma un poco de vinagre que es muy bueno para esos huevos resecos que tienes.-

Eduardo grito tanto como su hermano al sentir como sus cojones hervían por el toque del líquido entrando en cada rincón de su ingle.

Mientras los dos chicos se retorcían del ardor en sus pelotas, regresaba Sara con muchos cubiertos en sus manos.

-Bien hecho chica, ahora les ablandaremos la cascara de sus huevos con estas cucharas, mira como lo hago. - Explico la hábil cocinera.

Se dirigió hacia Eduardo y agarro con firmeza ambos testículos, tirando de ellos y cerrando su puño alrededor de la base del escroto para que las bolas no pudieran escapar, con la cuchara en la otra mano azotó 3 veces con fuerza los huevos del chico que lanzo grandes alaridos de espanto al sentir sus testículos siendo golpeados de aquella manera.

-Ahora hazlo tu.- Dijo la mujer.

Andrea con muy buen ánimo sujeto las gónadas de Marcos de la misma forma y con una gran cuchara de madera aplasto 3 veces ...