Pintor de brocha gorda - Relatos Eróticos

Pintor de brocha gorda

... parar él varias veces a punto de correrse, me cambié de posición colocándome boca arriba y levantando mis piernas para que me la clavase en mismo a pesar de que lo hizo con cuidado reconozco que también sentí un pequeño dolor, tenía mucho aguante entre las dos posiciones ya me había follado no menos de veinte minutos.

Yo_ ahora fóllame a cuatro patas.

Me coloque de a cuatro como una auténtica puta esperando aquella verga que nada más apoyar su grande en mi esfínter yo mismo me eché hacia atrás para darle una sola estocada sentí sus huevos chocar contra los míos aquello ya desató a Pello que sin ningún pudor comenzó a alargarme y a vestirme fuertemente.

Pello_ mi puta te voy a correr enseguida me tienes muy caliente donde quieres mi leche.

Yo_ no sé mi macho soy tuya tú decides dónde quieres echarla.

Creo que dijo unas palabras sin siquiera pensarlas sin saber las consecuencias de aquello.

Claro que había tenido encuentros con hombres pero siempre me había considerado bisexual ya que hasta aquella fecha no había hecho ciertas cosas como tragar la leche de otro macho o comerme un culo de hombre

No sé como ocurrió pero sentí como aquella verga abandonaba mis entrañas y me vi con una auténtico vacío quedé recostado de medio lado y aquel pollón traspasó mi boca empezando a sentir potentes chorros que trae sin ...

... apenas ser consciente de ello.

Mi cara tenía algún rechazo y de mi boca aquel sabor fuerte a leche emanaba sin haber podido tragar toda cuando pillo solidariamente me besó y la vio la cara para saborear su gran corrida.

Aquellos besos siguieron durante varios minutos haciéndome yo la mimosa ronroneando y musitando.

Pello comenzó a comerme la polla queriendo conseguir mi orgasmo mientras yo me comía sus pelotas su polla y su estrecho ano.

Los dos jadeábamos y suspiramos como el ritmo cuando yo sentía que ya estaba próxima a mi corrida me dediqué a su gran verga intentando que aquello fuese mutuo.

Pello había acelerado su mamada y parecía que quería aspirarme mi pequeña polla mientras jugueteaba con un dedo en mi esfínter aumentando el placer yo supuse que él necesitaba lo mismo introduje dos de mis dedos en aquel agujero y los dos los aproximamos a nuestras corridas.

Fui yo el que primero descargó en su boca haciéndome estremecer y vibrar como una niña casi llorando por el placer dado mientras yo seguía con mi mamada esperando aquel torrente de leche y boca que no tardó mucho en llegar y que fui tragando y saboreando como antes no lo había hecho después volvimos a juntar nuestras bocas con los restos de nuestras corridas y así casi llorando me quedé dormido contra aquel macho que me había hecho prácticamente mujer