Tengo dueño - Relatos Eróticos

Tengo dueño

... Fue lo único que dijo “Quiero ser suya señor”. Y no volvimos a hablar hasta llegar a su casa. O a la casa donde desde entonces vivo.

Ni siquiera volví a recoger nada de casa. En mi nuevo hogar siempre voy desnuda, con el collar, o con la lencería que me compra mi amo. Cuando salimos uso la ropa que me trae o hemos comprado.

Pase por casa casi un mes después. MI padre no estaba y mi madre era pura paranoia. Primero me decía que me quería mucho y que volviese… y al final que para una puta y que no quería volver a verme en la vida.

El cambio quizás fuese porque yo también la insulté y le conté lo de que mi padre quiso follarme y que estaba viviendo con un hombre veinte o treinta años mayor y era su esclava. Y estaba orgullosa de serlo. Y lo sigo estando.

A veces me deja dormir con él después de follar. Otras no quiere y duermo en la alfombra junto a él.

Me gusta despertarlo con una mamada, pero si me echa de la cama espero a hacerlo mientras se toma el café viendo las noticias de la tele.

Nunca me ha pedido que le coma el coño a las amigas con las que folla, pero a sus amigos sí. No vienen muchos a casa pero de vez en cuando… solo mamadas, nada de follar.

Alguno de ellos le ha propuesto que me meta a puta, que saque dinero para él. Pero dice que no le hace falta, así que solo me usa él, casi en exclusiva. Y su padre.

Un fin de semana al mes voy a casa de su padre, hace más de dos años que se quedó viudo y poder follar conmigo le revitaliza. Usa viagra, ...

... claro, pero también es muy imaginativo y morboso.

El sí que me prostituye. Dice que le viene bien para mejorar la pensión, pero se que lo hace por puro morbo.

Aunque solo con gente de su edad, casi todos amigos. Ninguno menor de sesenta, la mayoría de setenta u ochenta como él.

Solo a uno le permite que me azote. El resto puede darme cachetes o bofetadas, pero con el cinturón solo uno. Me parece que es el que mejor le paga. Dice que le recuerdo a la puta de su nuera.

Alguna vez he oído discutir a mi Amo con su padre por los moratones del culo. Mi culo, como todo mi cuerpo, le pertenece, solo sus marcas deben mostrarse allí. Junto a la cama está el armario de los azotes: látigo, palas, cinturón, fusta, caña…

La caña es la peor. No porque duela más. Solo es la fuerza que ponga lo que hace que duela más o menos cualquiera de ellos. Es que la caña me hace sangrar y limpiar la sangre de las sábanas es un engorro.

“Me pega porque me quiere” dicen algunas. Yo no sé si es así, si realmente me quiere. A mi me azota porque le quiero. Cuando llega del trabajo disgustado le traigo el cinturón, la fusta… para que elija. Y que después me rompa el culo y se relaje.

Los abuelos son divertidos. Les gusta sacarme a pasear con trajes muy livianos, donde se pueda apreciar que voy sin ropa interior, que se marquen los pezones o se levante la falda con el viento. Una vez me pusieron unos pantaloncitos de varias tallas menos que marcaban los labios del coño y el culo.

Les ...