Nueva vida en el viejo Mundo - 1era Quincena - Relatos Eróticos

Nueva vida en el viejo Mundo - 1era Quincena

... por la sorpresa guardó silencio, sin salir de mi asombro como ella solicita las bebidas para ambas, sintiendo a la vez, el brazo de Carlos detenerme para evitar cualquier intento mío de protestar.

La Señora Conchita como si nada, le dice a Pablo por favor dame un segundo ya regreso contigo y continuamos conversando, es que necesito un cigarrillo..

Se gira, me mira con una sonrisa extraña…

María, me ha dicho Carlos que fumás cigarrillos Vogue al igual que yo, son también mis favoritos, pero por desgracia, los he dejado en mi auto, dame uno por favor..

Asiento en silencio, ella no quita la vista de mis movimientos,

Abro mi bolso para tomar el paquete color malva, lo abro y extraigo el último cigarrillo, sabiendo que por fortuna tengo otro paquete sin abrir, extendiendo mi mano para ofrecerle.

María María alega, ay madre mía!! es el último que tienes, que pena corazón, deberás más tarde ir al estanco antes de que cierre por si necesito fumar nuevamente, tu sabes… y sin siquiera tomarlo y/o mirarme, continúa diciendo

Hazme el favor de encenderlo para mi, recién luego dármelo, sabes que.. aumentando su tono de voz para ser escuchada por la mesa.. Odio hacerlo yo misma riendo a carcajadas de forma sobreactuada y autoritaria.. dejando un silencio a la mesa que miraba atónita, para rematar su comentario.. ah y también recuerda, que luego al finalizarlo, te lo devolveré para que lo apagues… Mis uñas sabes… mostrando su reluciente y costosa manicura.

No se si ...

... matarla, quemarle el cabello o llorar.. pero lo peor aún no ha llegado, dado que Carlos, inmediatamente, me coge fuertemente de mi brazo y agrega en voz alta, también para ser escuchado por todos,

María luego de ello, prepara dos habanos para tus Jefes.. sentenciando el momento y dando el hecho y escena, cerrada.

Solo atino a decir, si si enseguida Conchita, por supuesto jefe,

Acotando Pablo, no no María Sol, recuerda que debes referirte a ella Señora Conchita, recuerda por favor las formas y protocolos.

Todas mis compañeras miran en silencio la humillante escena atónitas, sin saber cómo actuar.

Regreso mi mano temblorosa con el cigarrillo aún apagado, seguramente con mis ojos cargados de lágrimas e ira, lo coloco en mis labios y lo enciendo, costandome mucho lograrlo por los nervios, luego de hacerlo con gesto, habitual, natural e inconsciente y respeto hacia ellas, tiró el humo hacia arriba, sabiendo que me encuentro entre ambas personas y no tengo opción. luego de la escena vivida..

Con una sonrisa tan falsa como sus palabras anteriores, se lo entrego tal como me ha ordenado ella, intentando lucir de forma más decente diciendo aquí tiene Señora Conchita arrastrando y acentuando algunas letras, aunque me siento muy humillada en este momento.

La Señora Conchita levantando su mano y torciendo su muñeca, sin siquiera mirarme con obligandome a colocarlo entre sus dedos, sin siquiera agradecer mi gesto, lo toma y continua conversando con Pablo como si nada ...