Trabajo especial: El Café de Doris - Relatos Eróticos

Trabajo especial: El Café de Doris

Doña Doriso Doris es una mujer de 37 años orgullosa, trabajadora y risueña, aunque usa poco maquillaje, siempre se cuida, sin importar su edad o las arrugas sigue siendo muy… juvenil, le gusta usar ropa ajustada marcando sus senos marcándolos con orgullo cosa que llamaba la atención de aquellos jóvenes y pre púber calenturientos, ya que no solía usar sostén.

Tenía algo de panza que marcaba con sus blusas y camisas ajustadas y sus piernas siempre perfectamente cuidadas.

En otras palabras, una señora mayor, que aceptaba el tiempo, siendo su lema“Como el vino, cada día más buena”.

La vez que ella me contrato fue un día que venía tarde de la universidad, había sido un día realmente ocupado y había pasado por una semana cansada, entonces la escuche; -¡Leo buenas noches!-, Me grito ella, desde la puerta, -¡Ven necesito tu ayuda en algo!-.

Estuve reacio en un principio, pero después de un momento cedi con un suspiro de frustración, al entrar en la cafetería noté que no había nadie, esperaba encontrarme con algún cliente borracho o algo así.

Pero en cambio solo mire una mesa con dos tazas cafés, -Pasa por favor cariño-, Dijo ella mientras se hacía a un lado para dejarme pasar, -Doris disculpa que sea tan grosero, pero en que necesitas ayuda-, Dije algo molesto.

-Cariño, perdón que te moleste parece que has tenido un día de perros-, Me dijo ella acariciando mi brazo.

-Semana-, Dije sentando con cansancio, mierda incluso mi“Trabajo especial”había estado bajo, así ...

... que estaba molesto y preocupado con el dinero, teniendo que tocar mis ahorros.

-Lo siento cariño-, Me dijoDoris con una pequeña sonrisa, -Bueno, no te quitare tanto tiempo, pero quería… hacerte una propuesta querida-, Me dijo mirándome a los ojos con una muy peculiar sonrisa.

-Si es una propuesta para trabajar aquí, tengo que declinar…-, Estaba respondiendo a lo que según yo era una oferta de trabajo, pero por el cansancio de aquel momento no me di cuenta, de lo que ella quería, cosa que ella tuvo que decirme, interrumpiendo mi cansado monologo.

-Leo, querido, te conozco de algún tiempo-, Dijo deteniendo mis palabras, -Quiero que escuches esto, con atención-, Agrego tomándose un momento, -He escuchado el rumor… de que tu das… cierto servicio-, Dijo esto apartando la mirada, con las mejillas algo rojas.

Mierda pensé, en aquel entonces era un poco descuidado, cosa que tuvo que haberme puesto un poco en el ojo público, recuerdo que me la quede viendo fijamente, mientras ella probaba su café.

-¿Y si digo que sí?-, Le pregunte con algo de preocupación.

-Pues si dices que si… pediría tus servicios-, Me dijo con una sonrisa, -Pero no sé si podrías complacerme…-, Me dijo mirando directo a los ojos, creo que mi preocupación, le dio algo de confianza, pero no podía perder la oportunidad de perder a una nueva clienta por mis miedos.

-Escucha…-, Empecé, pero me aclare la garganta antes de seguir, -Mi cuota es XXXX y por un día XXXX de servicio, es algo caro lo sé, ...