1. Fui desvirgada brutalmente por un albañil


    Fecha: 12/07/2024, Categorías: Dominación / BDSM, Autor: alexandra love, Fuente: RelatosEróticos

    ... temblando.
    
    —Es que tengo la fantasía de ser desvirgada en un lugar como este, que me cojan muy fuertemente, pero me da miedo.
    
    El albañil se lanzó sobre mí y comenzó a besarme, me lamía el cuello y tocaba mi culo muy rico, me abría las nalgas con fuerza. Me giró de espaldas para abrazarme y tocarme los senos, yo me derretía en sus brazos, estaba sintiendo mucha excitación, ya comenzaba a lubricar. Me sentía muy deseada y quería ceder a su deseo, pero el miedo no me dejaba, ya que era mi primera vez. De pronto un sentimiento me recorría por dentro, me sentía tan vulnerable e indefensa, tenía sentimientos encontrados, por un lado, quería ser cogida por ese hombre y perder mi virginidad y por el otro quería salir corriendo y llegar a mi casa. La lujuria que me provocaba estar dentro de esa construcción a solas con aquel rudo albañil, me hizo lubricar mucho, sentí mi vagina muy caliente y sensible.
    
    —Quiero que me haga suya, que me coja muy fuerte. Quiero sentir que me penetra con todas sus fuerzas. —Le dije con voz de escuincla sumisa.
    
    —Pero eso te va a doler mucho preciosa ¿Estás segura que quieres que te coja fuerte? —Era mi primera vez, yo sentía una fuerte morbosidad y deseo de ser cogida brutalmente por un albañil.
    
    —Lo que pasa es que sí quiero, pero me da miedo. —Los nervios me traicionaban y comencé a llorar.
    
    —No te preocupes hermosa es normal, solo disfrútalo ¿Entonces estás segura que quieres que te coja con todas mis fuerzas? —Preguntó ...
    ... lujuriosamente.
    
    —Sí, me quiero quedar, quiero que me coja fuerte. —Se escuchaba mi llanto entrecortado.
    
    Era una escuincla inocente que lloraba desconsolada de miedo, pero en el fondo sentía una gran excitación y quería que sucediera. El albañil me jaló del cabello para lamer mi cara, lo que me dolió, pero también me excitó mucho, me sentí tratada cual si fuese su zorra y me aventó sobre el colchón mugroso, se lanzó sobre mí abriéndome las piernas y con sus manos me quitó la blusa a tirones lastimándome, escuchaba como la tela se rasgaba. Quede con mi brasier rojo a la vista y el albañil que jadeaba de lujuria agarró mi brasier de la parte de enfrente y con sus dos manos lo estiró fuertemente lastimando mi piel hasta reventarlo, en consecuencia, mis senos quedaron completamente expuestos frente a ese animal hambriento, que al verlos comenzó a lamerlos deliciosamente como si quisiera tragárselos, me causaba una gran excitación sentir una lengua en mis senos por primera vez, estaba haciéndome chupetones, yo no dejaba de llorar entrecortadamente y agitada como escuincla. El albañil ahora estaba lamiendo y succionando mis pezones rositas, me estaba atormentando de placer, sentí como me los pellizcaba y se hacían como montañitas y muy duros, mi cara no podía evitar expresar placer, yo lo miraba muy cachonda con mi rostro bañado en lágrimas de miedo y excitación.
    
    Después me lamió el cuello y lo chupeteaba mientras me decía en el oído:
    
    —Que bien hueles putita, te quiero comer mamacita ...
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