1. Mi primo


    Fecha: 18/07/2024, Categorías: Incesto Autor: paqui, Fuente: RelatosEróticos

    ... tenía los tirantes bajados y mi pecho al aire, y mi primo se acercó a besar uno y succionarlo, pero con mucha delicadeza, mis pezones estaban durísimos y poco a poco, noté como me humedecía. No pude aguantar más y empecé a tocar por encima de su pantalón, cosa que le sorprendió y me dijo: “vaya con la Paqui, si parece que sabe de esto” a lo que contesté que no, pero que si no quería que lo dejaba, no contestó, simplemente se desabrochó y dejo salir a ese falo que la noche antes había visto, y os aseguro que era más grande de cerca. El siguió mordiéndome el pecho, tan bien lo hacia que creo que tuve un orgasmo y se dio cuenta, por lo que dijo que ahora me tocaba a mi hacerlo con él, le respondí que me enseñara, que no sabía y cogiendo mi mano, rodeo su grueso pene y empezó a subir y bajar despacito y cuando vio que ya podía hacerlo sola, empezó a tocar mi coñito por encima de las braguitas, y se sorprendió que estuviera tan húmedo. Estábamos tan excitados que me dijo que me iba a montar como a la yegua, a lo que me negué y le pedí por favor que no, que me daba miedo quedarme embarazada y todos eso, y parece que lo entendió, y no insistió más, me dijo que hoy solo sería terminar la paja que le estaba haciendo, pero que la pusiera entre mis tetas, que nunca había tenido unas así de grandes para eso, cosa que hice, ...
    ... y al rato, vi como salían borbotones de su semen hasta mi cara, cayendo incluso en mi boca, escupiéndolo y se enfadó diciendo que no volviera a escupir su semen. Luego me pidió perdón y me dijo que no le gustaba que lo tirasen, que me enseñaría a tragármelo.
    
    Ese fue el comienzo de muchas cosas que ocurrieron en el verano, y que despertaron en mí, mi lado más sexual.
    
    Los días siguientes, nos buscábamos como se buscan los animales en celo, no sé la de masturbaciones que le podía hacer a lo largo del día, era increíble, nunca se cansaba (y por supuesto, que yo tampoco, jiji), nos buscábamos de día, nos buscábamos de noche cuando todos dormían y aunque parezca increíble, mordiéndome el pecho y tocando mi coñito, tenía unos orgasmos muy ricos, como los de él, que había días que ya por ultimas, no echaba nada, jiji.
    
    A los pocos días decidió enseñarme a comerla, no sin antes convencerme de que no pasaba nada por hacerlo y si os digo la verdad, me gustó y mucho y sobre todo a tragármela. Al principio y por mi inexperiencia, le hacia daño con los dientes, pero luego me enseñó a hacer como si la succionara y con los labios delante de los dientes y a darle con la lengua, y os aseguro que según él llegué a hacerlo muy bien.
    
    Espero que os haya gustado y comenteis, en el próximo relato, os narraré como me desvirgó. 
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