Mi esposa argentina 6 parte 10 (Final) - Relatos Eróticos

Mi esposa argentina 6 parte 10 (Final)

... al punto donde estamos_

_ Además ella es puro fuego……_

_Si….._

Fernanda salía de la ducha con un albornoz de toalla.

_Joselu ¿me dejas sola para cambiarme?_

_Si claro ¿Puedes ponerte un vestido? Negro si tienes_ dijo él

Fernanda me miró con complicidad.

_ Sí, tengo algunos, pero ve con Carlos a la sala_ dijo ella

Cuando apareció en la sala, los dos nos quedamos sin respirar por un momento, más Joselu, al fin y al cabo yo estaba más acostumbrado a su belleza.

Llevaba un mini vestido negro ceñido al cuerpo, la falda muy corta dejaba sus muslos increíbles al desnudo, sus tetones desbordando el escote, su blanco y fino cuello, sobre los altos tacones de sus sandalias, maquillada sutilmente, el pelo rubio rojizo hasta los hombros, era como una verdadera aparición.

Luego cuando bajábamos en el ascensor, Joselu la llevaba de la mano, los dedos toscos y morenos de él, entrelazados con los dedos largos y fuerte de mi esposa.

Pensaba que llevaba ella en sus entrañas las tres abundantes corridas de su macho, el culo destrozado y abierto a destajo por la polla del enfermero.

Este mi miraba con una sonrisa tímida, su rostro de roedor, la gran nariz, los ojillos de cerdo.

Conduje yo como chofer y ellos dos en el asiento trasero, tomándose de las manos y besándose con pico cortos o largos morreos, las bocas uniéndose con dulzura o con ardor. Fernanda sabía seguramente que esa dulce humillación me ponía tremendamente y por eso seguía el ...

... juego.

Joselu me dio unas señas, una dirección, conduje hasta allí, era en el barrio de Tetuan.

Llegamos hasta un portal, algo cutre y anodino, edificios en bloque, grises y sin gracia.

Alguien se asomó a la acera, bajamos del coche, estaba oscuro y no podía verlo bien.

Estaba parado junto a un árbol.

Tenía un cigarro en la mano, la pequeña brasa brillaba en la semioscuridad.

El hombre en la acera era Hakim.

Alto, moreno, con el pelo rizado, fumaba concentradamente mientras nos acercábamos hasta él.

Me dio la mano, sentí su suave apretón y luego dos besos en las mejillas a Fernanda mientras seguía con el cigarro en la mano.

_Que bueno que habéis venido, es mi despedida de cierta manera_ dijo

_ ¿Tu despedida? ¿Adónde te marchas?_ dije

_Me voy de Madrid, ya está bien para mí de todo esto_

Miraba a Fernanda fijamente, los ojos azules de mi esposa estaban entornados y con cierto aire de asombro.

Joselu pasó un brazo por su cintura, más etérea y flexible parecía ella entre el enfermero y mi antiguo protegido.

Joselu la besó en la boca, cogiéndola de la nuca.

Entonces Hakim se acercó más a ellos y metió su cara entre los rostros de ellos dos y buscó la boca de mi esposa también.

Y esa boca morena y carnosa del marroquí se unió a la boca de mi esposa y la besó, mientras Joselu seguía abrazándola por la cintura.

Y luego los dos la besaban, alternativamente, la boca de mi esposa iba de uno a otro, lenta y cadenciosamente, ladeando las cabezas, por ...