Historia real con un veinteañero sin techo - Relatos Eróticos

Historia real con un veinteañero sin techo

Relato verídico entre dos veinteañeros con momentos románticos, detalladas descripciones y explícitas escenas sexuales desde lo más suave hasta violencia consentida.

Historia real con un joven sin techo.

Esto que os voy a contar me ocurrió a los 25 años, viviendo solo en Madrid.

Era gerente comercial en una editorial y aunque tenía un buen sueldo, si quería hacer las cosas que hacen los jóvenes de 25 años, solo me llegaba para un pequeño estudio en Puente de Vallecas.

Antes de seguir con el relato, me presentaré. Me llamo Dani, tengo 31 años, soy valenciano y trabajo como delegado comercial en una multinacional de alimentación.

Aunque no soy demasiado deportista, tengo buena genética y me considero guapete. 1,82 metros de altura, 75 kgs, de pelo corto rubio oscuro, grandes ojos verdes almendrados, gruesos labios, boca grande con bonita sonrisa, largo cuello, anchos hombros, espalda en V, marcados abdominales, duros pectorales, culo prieto y fuertes piernas. De piel bronceada y sin apenas vello, solamente un poco en axilas y pubis. Tengo una polla normal, 19 cms de larga y 12 cms de gorda.

Siempre he sido muy morboso y un poquito SM, por lo que desde los 12 años que tuve mi primera experiencia sexual con chicos, he buscado situaciones un poco fuera de lo común.

Vuelvo al relato de hoy.

Como ya dije, cuando esto ocurrió tenía 25 años, vivía solo en un pequeño estudio de Puente de Vallecas (Madrid) y me ganaba bastante bien la vida.

Una noche de junio ...

... en Chueca, tras salir del local de unas amigas llamado SOHO y mientras iba andando hacia el parking, me crucé con otro joven.

Con un acento claramente portugués, me preguntó muy educadamente si podía darle alguna moneda para un bocadillo.

En un segundo recorrí con mis ojos toda su anatomía, provocándome una leve erección.

Se le intuían unos 20 años, algo más bajito que yo y fibrado. Tenía un bonito rostro, aunque poco cuidado. Vestía un viejo pantalón de chándal que además de alguna mancha, mostraba un prometedor bulto entre sus piernas. Una camiseta no más nueva, cubría su torso dejando marcar los erectos pezones del chico, fruto de la baja temperatura de aquella madrugada de principios de junio. A primera vista parecía un Sin techo.

- Me gustaría ayudarte, pero tengo por norma no regalar mi dinero, al igual que no me lo regalan, pero estaría encantado si tú me ayudas a mí. -Le propuse al joven.

- Pídeme lo que quieras, soy muy trabajador. -Me respondió

- Lo que yo necesito es poco común pero si aceptas te ganarás 50€

- ¿50€? -respondió el joven asombrado- Con ese dinero, aparte de comer varios días, podría comprarme otro pantalón -Continuó ilusionado.

- Lo que quiero de ti es que te vengas a mi casa y seas mi compañero sexual durante todo el día.

El joven pensó brevemente su respuesta e incrédulo me preguntó:

- ¿Solamente eso?

- Si, básicamente -respondí más sorprendido que el.

- Por 50€ haré cualquier cosa que me pidas.

Andamos unos ...