Historia real con un veinteañero sin techo - Relatos Eróticos

Historia real con un veinteañero sin techo

... eyaculara, me levanté del suelo y lo llevé de la mano hasta la cocina.

Tras tomarnos un café con leche, le propuse hacerle primero unas fotos desnudo y que después se diera una buena ducha, mientras yo le preparaba una mochila con algo de ropa.

Aceptó encantado y tras apartar la mesa del salón, empecé a fotografiar su cuerpo desnudo.

Todavía mantenía el pene semierecto, pero conforme me acercaba a su entrepierna con la cámara se le iba endureciendo más y más, hasta volver a estar dura como una piedra.

- ¿Te gusta esto? -Le pregunté dejando la cámara y agarrándole la polla

- Si mucho -contestó llevando su mano a mi bulto erecto.

Era la primera vez que tocaba mi miembro y me resultó tan excitante que estuve a punto de correrme.

- Para por favor, que nos queda mucho día por delante. -Le dije cogiendo su mano para llevarlo hasta el baño.

Andrés empezó a ducharse y yo volví rápidamente al salón a por la cámara. Ya de nuevo en el baño, comencé a grabar en vídeo la ducha del joven sin techo.

Por un momento deseé ser una de aquellas gotas de agua, resbalando por su bello rostro hasta penetrar en su boca entreabierta para aumentar mi temperatura con el calor de su lengua y volver a salir buscando caer entre sus pectorales acariciando su tosca piel hasta alcanzar aquel deseado miembro.

Mi excitación estaba en un nivel tan alto que dejé la cámara sobre el lavabo, por supuesto enfocada a la ducha y sin detener la grabación me desnudé y me metí en la ducha ...

... con Andrés.

Me abalancé sobre el, llevándole contra la pared para besarle apasionadamente.

Sus generosos labios masajeaban mi boca, mientras nuestras lenguas se entrelazaban con deseo.

Una de mis manos buscó su cabello para cogerlo con fuerza y dirigir los movimientos de su cabeza, acercando o retirándola según me convenía.

Nuestros cuerpos se fusionaron en uno solo, colocándome su polla entre los muslos.

Mi otra mano fue recorriendo su cuerpo hasta sujetar con fuerza una de sus nalgas. La apreté todo lo que pude mientras le sujetaba por el pelo y le metía la lengua hasta lo más profundo de su boca.

Andrés gimió deseoso al sentirse dominado y aquello me excitó más todavía.

Sin pensarlo llevé uno de mis dedos hasta su esfínter introduciéndolo completamente en su interior doblando mi falange dentro de su culo para pellizcarle el ano.

Mi amante gemía cada vez más fuerte y entre mis muslos sentía toda la dureza de su miembro.

Me arrodillé de nuevo ante Andrés para tragarme toda la inmensidad de su polla, metiéndomela en la boca cada vez más profundamente.

En ocasiones me costaba respirar, pero tras sacarla para coger aire la tragaba de nuevo.

Mi ansiosa boca alternaba su impresionante polla con sus morenos testículos, chupándolos uno a uno o ambos a la vez, succionándolos con fuerza para hacerle sentir el tirón o incluso mordiéndole el escroto hasta hacerle gritar levemente y con deseo.

Tras más de quince minutos de felación por mi parte, salimos ...