Historia real con un veinteañero sin techo
Fecha: 24/07/2024,
Categorías:
Gays
Autor: bisexualstraight, Fuente: TodoRelatos
... metros hasta llegar al parking y salimos con mi coche rumbo a casa.
De camino me contó algunas cosas de su vida.
Se llamaba Andrés, era brasileño, tenía 19 años y llevaba viviendo en la calle desde los 12 años. Llegó a España con 16 años a bordo de un pesquero de la droga, pero antes de llegar a puerto español, vio que la guardia civil les esperaba y se lanzó al agua. Por suerte nadaba muy bien y consiguió llegar disimuladamente a una playa cercana al puerto, salió del mar y tras media hora corriendo, llegó a un bosque donde permaneció escondido durante una semana. Desde entonces iba por España sin rumbo, sin papeles y por supuesto sin dinero. Comiendo normalmente de los contenedores y durmiendo donde podía.
- Si te portas bien, aparte de los 50€, te daré algo de ropa -Le dije.
- Eso sería fantástico, así no me tendría que comprar yo nada y con ese dinero podría comer más tiempo -Me respondió Andrés claramente agradecido.
Tras un momento de humanidad por mi parte, volví en busca de mi objetivo.
Llevé mi mano hasta la entrepierna del joven, sintiendo claramente su polla a través de la fina tela del sucio pantalón de chándal.
El chico, simplemente abrió las piernas y se dejó hacer mientras su pene reaccionaba a mis manoseos.
En breves instantes ya podía sentir en mi mano una gran polla bien dura así que torpemente le baje la cintura del pantalón para dejar a la vista su miembro.
Al notar mis intenciones, Andrés sin ningún tipo de rubor se bajo el ...
... chándal y el slip hasta sus tobillos, dejándome una visión total de su dura polla.
Aparqué cerca de casa y andamos los escasos 50 metros hasta llegar al portal. Durante el breve paseo pude comprobar como el joven marcaba una espectacular erección debajo del chándal y solo imaginar lo que pensarían las personas que nos cruzamos, hizo que mi polla se pusiera igual de dura.
Tras cerrar la puerta de casa, empujé a Andrés contra la pared del hall y le despojé de toda su ropa.
Lucía un cuerpo perfecto, con todos sus músculos bien marcados, de piel curtida y oscurecida por el sol, salvo en la zona del slip, que presentaba su blanco color natural.
Observé por unos segundos su erecto pene, asombrándome de su perfección.
Algo más de 20 centímetros de largo y no menos de 14 cm de circunferencia. Su glande rosado y brillante en forma de casco alemán era algo más grueso que el resto, pero sin llegar a ser champiñón. El moreno tronco de su polla estaba marcado con hinchadas venas repletas de la sangre que rellenaba su cuerpo cavernoso, dotando a aquel miembro de una dureza impresionante.
Con deseo me arrodillé ante mi invitado y sin pensarlo me metí toda su polla en la boca, chupándosela con lujuria y notando el sabor a almizcle que inundaba mis papilas.
Tanto el sabor de su pene como el olor a sudor que emanaba su cuerpo, eran sin duda signos de la falta de higiene debido a su precaria situación, así que tras varios minutos chupando su polla y antes de que Andrés ...