Dos hermanas
Fecha: 25/07/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: secretfile, Fuente: TodoRelatos
... se palpó los labios. Pasó el dedo corazón ligeramente por el coño con una suave pasada, separando los labios internos y pudo comprobar que, un buen flujo viscoso, húmedo y lubricativo se le pegó en el dedo.
Estaba muy cachonda.
Miró hacia el pasillo y la puerta seguía abierta. Ella seguía con los dedos en coño.
- ¿Me masturbo? ¿Y si me pilla ella? – Apartó ligeramente la mano del coño. Pero le costó horrores hacerlo.
- ¿Y si me pilla tocándome? - Pero solo de pensarlo, un escalofrío le recorrió desde la nuca hasta el propio coxis. Un ligero movimiento de pelvis hizo hundir un poco más el dedo entre los labios vaginales. Solo de pensarlo se excitó mucho más.
-Pues que me pille. - Se dijo ella misma con firmeza
El índice y el corazón sin ningún tipo de freno se internaron rápidamente en el coño de Carla. Esta cerró los ojos, tumbada en el sofá mientras que con una mano se palpaba una de las tetas y con la otra se metía lentamente dos dedos.
La camiseta le molestaba por todos lados. Haciendo un acopio de fuera inhumano para parar. Se deshizo torpemente de ella lanzándola directamente al suelo. Hizo amago de volverse a tumbar cuando se dio cuenta que el pantalón corto que llevaba también le molestaría. Empezó a bajarlo con prisa cuando de repente se percató de algo.
Giró la cabeza y miró directamente a la habitación a través del pasillo. Salían gemidos de ella. Carla entornó las cejas. Eran gemidos guturales. De esfuerzo, mezclados con alguno de ...
... placer. Como cuando estas en el gimnasio y tienes que levantar más peso de lo que estás costumbrada
Lentamente, paso a paso, como resistiéndose a los instintos más básicos Carla fue avanzando hacia los ruidos. El cuerpo le pedía que se quedara, que siguiera con más manualidades, pero esa curiosidad, ese picor en el pecho por ver a su hermana, esa quemazón en la entrepierna le impedían quedarse quieta.
Como una gata parda en medio de una noche oscura, se acercó sibilina hacia la habitación.
Tres pasos le quedaban y ya podía ver casi la totalidad de la habitación. Se veía el cabecero de la cama, la mitad de las sábanas desplegadas y un didlo rosa en el suelo.
Pero a Laura no.
Dio otro paso más.
Apareció una melena negra encima de unas sabanas Carlas. No llegaba a ver aún mucho as.
Dio otro paso más. Estaba ya a punto de asomarse.
Otro más. Llegó a la puerta, se asomó sin hacer ruido y allí estaba Laura.
Pero no se esperó lo que vio.
Varios dildos de diferentes colores, tamaños y medidas por el suelo. Uno era rosa finito. Otro era uno de esos dildos dobles extralargos. Había un plug negro de unas dimensiones dignas de una lata de refresco. También había un bote de lo que Carla creyó era de lubricante. Entonces, se fijó en el de color marrón.
Era grande, muy grande. Y ancho. Tenía forma cilíndrica en toda su extensión. Una punta redonda simulando un glande y una base adherida al suelo que simulaba tener dos testículos bien gordos.
Es imposible que ...