Enculada por un albañil
Fecha: 02/08/2024,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Tania, Fuente: TodoRelatos
Hoy les contare mi última experiencia que tuve follando con un albañil que trabaja para mi marido. Si tengo que describirme soy una mujer normal, morena, metro sesenta, tetas no muy grandes, peso unos 52 kilos, y gracias al gimnasio mantengo con un muy buen culo. La verdad es que aparento ser bastante más joven que mi edad. Soy profesora de universidad de la facultad de ingeniería. Tengo 47 y siempre estuve algo insatisfecha con mi marido con el que tenemos tres hijos. Por mi trabajo de lunes a viernes vivimos en ciudades separadas, yo sola y el con nuestros hijos. El último año comencé a tener sexo con un estudiante y también con él y sus amigos y descubrí una nueva vida sexual. Y aprovecho que estoy sola en Valencia de lunes a viernes para satisfacer mis fantasías.
Mi piso necesitaba una mano de pintura y una pequeña reforma y mi marido envió desde Albacete a un de sus trabajadores, Matías, para que se encargue de arreglar el piso. Matías es argentino, un típico latino de piel morena oscura y tiene 28 años. Es alto, yo diría que mide un metro noventa y tiene un cuerpo fibroso. Él está casado pero su mujer está en su país y tiene dos hijos. Matías vino por la mañana antes de que yo me marchara a la universidad y se quedo trabajando en el piso. Cuando regrese después de la cinco de la tarde Matías seguía trabajando.
Yo lo veía trabajando y me fui calentando. Le ofrecí si quería una cerveza y acepto. Antes de ir a por la cerveza fui a mi cuarto y me cambié de ropa, me ...
... puse una camisa que me llega algo más allá de la cintura, pero poco más, debajo un tanga negro muy fino y nada más. En los pies me puse unos calcetines de deporte para ir más cómoda. Yo con la bata medio abrochada dejando mis pequeños pechos medio al aire me acerque a él. Le ofrecí la cerveza y nos sentamos a beberlas. A él se veía cohibido e incómodo. Entonces decidí tomas más iniciativa, me acerqué y lo besé. Él me abrazo y rápidamente metió su mano entre mis piernas suaves. Me empecé a humedecer enseguida, sus dedos buscaban mi sexo, me abrí de piernas y sus dedos fuertes me tocaban en la raja que se iba humedeciendo más y más. Entonces me lo lleve a mi cama.
Me abrí la camisa y él se empezó a desnudar. Su polla, medio hinchada entre sus piernas, debía medir 18 cm y aun no se había puesto dura. Se la agarre y me la metí en la boca. Matías se tumbó en la cama yo en el suelo arrodillada entre sus piernas le mamaba su polla que en unos minutos se puso erecta. Me metía la cabeza de su polla en la boca y la lamia. Su polla no me cabía en la boca entera. Una vez erecta debía de medir 25 cm. Él me agarro la cabeza y empezó a darme fuerte. Su polla me entraba en la boca y salía muy rápido. Así estuvimos unos minutos hasta que él se corrió entre gruñidos de placer, derramando su semen caliente en mi boca.
Una vez se repuso empezó a agradecerme la felación que le había hecho. Me dijo que al estar su esposa en Argentina hacía tiempo que no disfrutaba con una mujer. Pero yo quería ...