Enculada por un albañil - Relatos Eróticos

Enculada por un albañil

... me puso de rodillas y me la metió en la boca. Le estuve mamando la polla un buen rato, tanto que me dolía la boca de mamar, pero al fin se la puse completamente erecta. Tras lo cual, él me puso de nuevo en la posición para poder metérmela por el culo. La note enorme y me dolía. Pero él estaba decidido a encularme. Él apretaba su polla contra mi culo y yo chillaba, pero esta vez de dolor. Gracias al gel mi ano estaba lubricado, y él consiguió meter parte de la polla. Entonces me dijo, tranquila Tania, ya tienes la mitad calcule adentro. Después me dio un empujón tan fuerte que mi cara chocó con la pared de la ducha y sentí como la polla entraba más en mi culo. Enseguida él se puso a encularme fuerte. Estuvo así un buen rato. Él no se corría nunca. Intente salirme porque el culo me dolía, pero era imposible. Él me sujetaba de la cintura con fuerza y a mí me caían las lágrimas de dolor. Me tuvo así un largo rato, perdí la noción del tiempo, casi me desmayo del dolor, la vista se me nublaba y el no paraba de darme. Al fin se corrió y sentí su semen en mi ano. Él se separó de mí. Me temblaban las piernas y me costaba tenerme en pie. Estaba dolorida y cansada y al borde del desmayo y tenia ganas de defecar. Le pedí a Matías ...

... que me ayudara a ir al baño. Me cogió en brazos y me dejo en el váter. Estuve unos minutos defecando, excrementos mezclados con semen. Mientras él se limpio la poya con agua y jabón en el lavado.

Una vez yo termine de defecar él me cogió nuevamente en brazos y me llevo a la cama y me acostado boca arriba. Tras un buen rato de estar comiéndome el coño, me giró y me puso de espaldas, se colocó entre mis piernas, acomodó su polla en la entrada de mi coño, y de un evite largo y profundo me la clavó. Su polla se hundió en mi coño. Yo cerré los ojos y disfruté de una rica follada. Después de unas estocadas me corrí como una loca, y él empezó a correrse profusamente dentro de mi coño. Yo goce sintiendo los chorros de semen caliente que soltaba su polla dentro de mí. Cuando su polla de puso flácida, Matías se desenchufo de mi coño, me dio un beso, se vistió y se marchó. Sin más me cubrí con una manta y me quedé dormida. Dormí hasta la mañana siguiente. Al despertarme, el culo aun me dolía un poco. Después de ducharme decidí ponerme crema humectante para quitarme un poco el escozor. Empecé a revisar mi culo y estaba súper rojo y abierto. Lo tuve así algunos días, aunque no me arrepiento. Disfrute muchísimo follando con Matías.