1. Sorpresa en el Metrobús de CDMX


    Fecha: 05/08/2024, Categorías: Confesiones Autor: AMAR2608, Fuente: CuentoRelatos

    ... la palabra vulgar para incrementar el deseo del momento que se está viviendo. Momento que seguí haciendo caso a los mensajes, llevando mi mano derecha hacia su glúteo derecho y abriendo toda la mano para intentar abarcar lo mayor posible en ella. Para ese momento ya me encontraba inundado en líquido preseminal, totalmente excitado y apretando en varias ocasiones un poco fuerte en su glúteo, de tal forma, que me fui aventurando un poco más, e ir llevando la mano hacia su sexo, de tal forma que me encontré con una nueva sorpresa, el leggins se encontraba totalmente humedecido.
    
    Sin desaprovechar la ocasión, empiezo a llevar el dedo medio hacia donde se concentraba el mayor fluido en la prenda, empezando a dar movimiento de arriba hacia abajo, momento en el que soltó un leve gemido. Este me encantó y nos dimos cuenta que por el ruido del camión, la calle y la gente en el interior, pasó desapercibido. Logra escribir un nuevo mensaje:
    
    - sigue así, quiero venirme con tu mano y seguir sintiendo tu deliciosa verga, no sabes cuánto deseo darte una mamada ahorita.
    
    No pasó ni un minuto en el que el primer orgasmo fue ocasionado a mi ser, me salía semen como si nunca hubiera eyaculado, ...
    ... manchando todo el pantalón que llevaba del trabajo, minutos después no sabía cómo hasta la rodilla se veía humedecido mi pantalón. Pero no podía dejar que ella no tuviera la misma sensación que yo, por lo que ya me concentré totalmente en ella y otorgarle el mismo orgasmo que ella me acababa de dar. Seguí dando movimiento al dedo medio e incorporando uno nuevo para darle mayor velocidad, mientras incrementaba el ritmo, ella intentaba no gemir, pero en repetidas ocasiones lograba ganar la excitación y salían aunque leves, unos cuantos gemidos. Finalmente, en la mayor rapidez que llevaba mi mano, siento como cierra sus muslos, apretando mi mano y efectuar un par de convulsiones, arqueándose un poco hacia delante, sabía que en ese momento estaba recibiendo el tan deseado orgasmo.
    
    Pasó un breve momento en el que me escribió un nuevo mensaje:
    
    - que rico me hiciste venir, ¿mañana misma estación y misma hora?
    
    Me acerqué a su oído y le dije en un susurro, claro que si, mañana nos vemos. Esta experiencia la tomamos por dos semanas más, en la última ocasión me escribió que le entregaban su coche al día siguiente y ya no tomaría el Metrobús, pero que estuviera atento al reencuentro. 
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