Humillado por mi amigo - Relatos Eróticos

Humillado por mi amigo

... continuó bien.

Al cabo de unos días, mi cabeza volaba de morbo. No sabía que hacer. Varias veces me hice unas pajas pensando en todo.

Una noche de calor, pesado, a punto de lluvia, estábamos solos en la casa por el fin de semana. Acostados en su cama, en la habitación a la que se refería Nestor, nos encontrábamos acariciándonos y el morbo me pudo, saqué el tema.

"¿Te acuerdas cuando se rompió el vidrio de la puerta? El viento casi destruye todo" le dije a Paola.

"Si, fue un susto grande" me contestó.

"Lo ha cambiado Nestor ¿No? Me ha contado" proseguí.

"Si, él lo ha hecho" me dijo.

"Me ha deslizado que la vez que estuvo trabajando con eso, te vio salir en pelotas del baño ¿puede ser?" lo dije con todo el temor de perder su confianza, fue un juego peligroso, pero con mucho morbo.

Ella me tomó la cara con sus manos e hizo que la mirara a los ojos.

Me dijo "¿De qué hablas?¿Es en serio lo que me dices?"

Sentí que lo había perdido todo, se me derrumbaba el morbo, y todo se iba al carajo. Ella perdería la confianza en mi, lo presuponía. El momento de tensión no terminaba, y me clavaba su mirada. Yo no sabía que hacer, como salir de esa situación.

Estaba en mis pensamientos, cuando una mueca rara se apodera de su cara. Era un gesto burlón. Yo no entendía nada.

Se echa a reír y me dice "jajaja lo sabía, sabía que te iba a contar en algún momento"

Mi intriga crecía, ¿qué era lo que pasaba?. Le pedí explicaciones.

Ella me dijo "¿Tu te crees ...

... que no lo sé? Por supuesto que lo vi, fue el verano pasado, y varias veces. Tu amigo es un mirón, y yo le daba que mirar. Me paseaba en pelotas por toda la habitación, agachándome y mostrando todo lo que tengo. ¡Se habrá matado a pajazos el muy boludo!"

Ahora, mis sentimientos eran de alivio, pero estaba perplejo. Una encrucijada. Mi novia se estaba exhibiendo a Nestor, para hacerlo calentar. Era un delirio, pero un delirio morboso.

Pedí explicaciones más profundas aún, que era eso, que pensaba ella.

"Mira, cabrón, yo voy a hacer lo que me plazca. Tu amigo es un pajero. Y tu, un segundón que me gusta, porque eres inocente. Creyó que no lo veía, y monté todo un teatro. Esperaba que algún día te lo dijera, para que sepas el lugar que te queda. Me da mucho placer gustar a los hombres, y sabes que tengo atractivo. Pero jamás me dejaría manejar como lo hace Nestor con Ale. Así que estoy donde quiero" Mientras terminaba la frase, me montaba con frenesí, dandome unas embestidas de hembra en celo. Sus pechos bamboleaban sobre mi cara, casi no alcanzaba a saborearlos, dada la frenética cabalgata que me estaba dando.

Acabó un par de veces, luego que yo me corriera antes de la primera, desastrozo.

Luego de un momento de impas, me dijo "No seas tonto, no creas que no te quiero, pero soy una mujer con mucho fuego. Me agradas como eres, me tratas bien, me das mis gustos, pero no me alcanza. Mi espíritu es curioso. Espero lo sepas entender, mamoncito" y con una sonrisa, se echó ...