Andrea, secretaria y amante
Fecha: 21/03/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... Era el manjar de su sexo que ha de haber estado demasiado húmedo. Definitivamente sin llegar a mucho tuvo su orgasmo. Seguí subiendo lentamente, besando poco a poco cada parte, hasta que me encontré con un hilo dental blanco que estaba prácticamente follandola por el culo. Ella, sin pensarlo, abrió sus piernas para facilitar que pudiera lamer tanto su ano como su chocha. Comencé a darle besos en el culo, a lamer fuertemente con mi lengua, y hasta me permití el morder las nalgas. Succionaba fuertemente sus glúteos. Haciendo a un lado ese hilo dental que estaba violándola, ya empecé a mamarle la vagina como si se tratara de un helado. Prefería no ver lo que tenía enfrente, todo lo dejaba a la imaginación. Con mi lengua iba buscando su clítoris, hasta que lo encontré. Ella entre suspiros y gemidos me dijo: "Come mi sexo", a lo que como su esclavo obedecí y empecé a morder el sexo y a prensar con mis labios su clítoris. Decidí abrir los ojos y ví que su sexo era rosado y estaba jugosísimo. Me excitó tanto que empecé a penetrarla con mi lengua, la puse lo más duro que podía y como si se tratara de mi verga, mi lengua comenzó a penetrarla, ella disfrutaba cada momento. Cómo se quejaba mi putita, la estaba haciendo disfrutar como nadie en su vida lo hizo, hace y hará. Ella empezó con espasmos, como que ya tenía el chorro de su semen en la punta de su sexo, ya era hora de que mi leona tuviera su orgasmo, por lo que la ayudé a que lo alcanzara metiendo toda mi boca en su sexo. Se ...
... corrió en mi boca, probé su exquisito manjar. Ella se quedó un poco quieta y se dio la vuelta. Poniéndose de cuclillas, bajó hasta mi polla, prácticamente me arrancó el calzoncillo y comenzó a trabajar con su boca y mi verga. He de decirles que no estoy circuncidado, es una gran ventaja, pues al no estar la verga expuesta al roce directo con la ropa, hace que cuando estés teniendo relaciones se sienta de maravilla. Así que mi Andreita comenzó a darle besitos tiernos a mi verga. Como si mis huevos fueran dos bolas de helado, hizo mi verga para arriba y comenzó a chuparlos y succionarlos, primero el izquierdo, de allí el derecho, y como si su boca fuera de hule, se metió los dos y jugó con ellos un buen tiempo mientras masajeaba mi verga con un movimiento como si me estuviera volando la paja. Al terminar de mamar mis testículos, puso mi verga frente a ella y yo ya estaba por correrme, así que se lo advertía a lo que ella suplicante me pidió que aun no quería que me corriera. A lo que con muchísimo esfuerzo logré contener. Como les dije que no estoy circuncidado, ella empezó con un masaje lento a tirar del prepucio hacia adentro, para que quedara el glande expuesto al aire libre. Fue fácil pues con su saliva y mis primeros líquidos seminales hacía que el prepucio se hiciera hacia atrás sin problema alguno. Quedó expuesto mi glande al aire y empezó la mamada más grande que ella o cualquier otra me hubiera podido dar. Se tragaba mi verga, desaparecía dentro de ella. Le advertí que se ...