Un bonito regalo para mi amada Carlota
Fecha: 19/08/2024,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... al oído mientras me acaricia las mejillas y el cuello. Me habla un tono de voz tierno y discretamente sensual. Además, amo su acento tan marcadamente gerundense.
Seguimos abrazándonos. Ella muy alta, gordita, grande, fuerte... Yo bajita, delgada, menuda, frágil... Que protegida me siento... Lleva puesto un jersey granate de lana natural muy cómodo y calentito. También lleva unos pantalones tejanos ajustados por las caderas, las nalgas y los muslos y anchos y acampanados de las rodillas para abajo, viejos aunque bien conservados, y unas botas altas negras de cuero, plataforma y tacón ancho. Obviamente, se ve aún más alta de lo que ya es. Es sencilla y modesta, no viste de marca ni nada de eso, compra la ropa y calzados en las tiendas del pueblo y también lleva muchas cosas de su madre (ya fallecida, al igual que su padre) cuando era joven, con quien, por cierto, según me ha enseñado en los álbumes de fotos de su infancia y de su familia, he podido ver que Carlota guarda un fuerte parecido, como dos gotas de agua, igual de hermosas madre e hija.
Que vista sencilla y no tenga un estilo lo que se diría «moderno» no la hace verse menos hermosa y sensual y no impide que mi imaginación vuele.
–Amoooor... Ya tenía muchas ganas de verte... De pasar la Semana Santa a tu lado... Ir juntas a las procesiones de Girona y de los pueblos de por aquí, que tanto nos encantan. Aunque estemos solo un par de semanas separadas, para mí ya es mucho... Se me hace largo, muy largo...
–Lo ...
... sé, amor mío, lo sé. Veo que has cuidado muy bien de mis animalitos más bebés. Tanto ellos como yo te estamos muy agradecidos, de veras. Me fascina que comprendas lo tanto que los animales significan y siempre han significado para mí y que empatices tanto con ellos como conmigo, de veras, igual que lo eres todo para mí, para ellos también significas mucho y te quieren tanto como a mí y como yo a ti, tú y mis animales sois todo lo que tengo y la razón de mi felicidad, Clara –me dice con un brillo en los ojos, casi llorando de la emoción. Me da un beso en la frente y sigue abrazándome.
–Ven, amor... Siéntate... –le digo, señalando la silla de madera de pino su escritorio– Quiero darte una sorpresa.
Se sienta, salgo de su cuarto un momento hacia el recibidor, donde le tengo guardada la sorpresa. Acto seguido, vuelvo a entrar a su habitación y me dirijo a ella con un ramo de diez rosas viva con maceta, tierra y raíces, junto con una carta de amor, una caja roja de bombones en forma de corazón y dos pequeños libros de poesía romántica en catalán, una literatura que tanto le gusta.
Entonces, ella se emociona muchísimo y se tapa la cara con las dos manos. Se le ilumina mucho el rostro, la mirada... Se le empiezan a ruborizar las mejillas y a ponérsele los ojos llorosos.
Se levanta de la mesa, coge el ramo de rosas con una mano y con la otra las novelas y la caja de bombones y me abraza apasionadamente. Acto seguido, se acerca discreta y sensualmente el ramo de rosas a su ...