1. Diario de Eva (Episodio III): ‘Krystal’


    Fecha: 06/09/2024, Categorías: Dominación / BDSM, Autor: evamaniac, Fuente: RelatosEróticos

    ... separar los míos. Me resistí, pero cuando acabé de drogarme le devolví los artilugios y le regalé un panorama que llevaba rato demandando. Sin decir nada, separé un poco las rodillas para mostrarle mi entrepierna. Entonces se acercó más, arrancó un trozo de papel del rodillo y metió la mano en el hueco para secarme.
    
    -Me encantan los coños sin depilar…
    
    -Está depilado, idiota. Lo que no está es rasurado.
    
    Ya empezaba a subirme la euforia. Me había puesto muy cachonda la situación y los comentarios del cerdo este. Y él estaba igual. No solo se notaba el bulto en la bragueta, sino que decidió ir tocándoselo mientras hablaba conmigo. Me levanté, me subí las bragas e hice finta de largarme. Pero en verdad no tenía ganas de eso. En absoluto.
    
    -Mierda, Eva… estás muy buena, tía…
    
    -Lo sé, capullo… ¿Qué vas a hacer?
    
    -Te voy a follar ahora mismo. Date la vuelta y arrodíllate en la tapa.
    
    Ahora mismo ambos estábamos temblando de puro apetito. Hice lo que me pidió, le regalé mi trasero para que hiciera con él lo que quisiera. Levantó la falda y la dejó descansando sobre mi espalda, me bajo las bragas lo justo para accederme y comenzó a usar sus dedos para acariciarme los labios e introducirme levemente uno en la vagina. Salté de gusto y emití el gemido que confirma la necesidad de más.
    
    -Joder… ¿tienes el culo petado? No me lo creo…
    
    -Calla… ¡Por el culo no!
    
    Por alguna razón que no alcanzo a comprender, Viktor supo enseguida que alguna vez fui penetrada por la ...
    ... puerta de atrás. No pensaba darle explicación alguna, pero tampoco iba a consentirle que hiciera algo para lo que no estaba preparada. Entonces oí el sonido de la hebilla del cinturón y enseguida sentí claramente el calor de su carne apoyándose sobre una de mis nalgas. Estaba tan mojada que esparció mis líquidos con gran esmero por todo mi chocho, llegando a rozarme el clítoris varias veces. La situación, la postura, la calentura… estaba ya muy superada y a punto de correrme sin haber empezado siquiera.
    
    -Me encanta cómo te mojas, tía…
    
    Cuando noté su polla justo en mi entrada, empuje de forma certera hacia atrás e hice que todo aquello me entrara de golpe hasta el cérvix. Los dos expresamos a la vez, y casi de forma idéntica, el placer de aquel preciso instante, el momento exacto e irrepetible en que ambos sexos se fusionan en un abrazo indescriptible. Incluso en el fragor del entorno fuimos capaces de escuchar los chasquidos de nuestros genitales al chocar. Él comprendió que debía quedarse parado, dejando que fueran mis movimientos los que marcaran el ritmo y la profundidad. Mis vaivenes eran acompasados y armónicos. No tenía ninguna prisa, y Viktor parecía muy cómodo a juzgar por su absoluto silencio entre, quizás, algún suspiro. Cuando aceleré un poco el ritmo me agarró por las caderas y decidió tomar las riendas de la follada. Se acercó hacia mí y se apoyó como pudo sobre la espalda, de manera que su extensión de carne se hiciera más notoria y profunda. Ahora los dos ...