El nuevo maestro del pueblo (9)
Fecha: 10/09/2024,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Alfonso, Fuente: TodoRelatos
... vez. La masturbación lenta que se había puesto a hacerme había hecho que mi polla se endureciese como una piedra, y ya no podía más.
- Te apetece que te meta la verga? – pregunté estúpidamente, pues estaba claro que lo estaba deseando.
- Ufff, pesaba que no me lo iba a pedí nunca.
Se quitó las bragas y el sujetador con rapidez y me mostró su estupendo cuerpo totalmente desnudo. Sus grandes tetas empitonadas con los gruesos pezones, las extensas curvas que formaban sus caderas, y esa maraña de pelo negro que cubría su pubis como una gruesa alfombra. Se tendió en la cama y abrió piernas y brazos ofreciéndome su cuerpo. Ya no dudé más, me desnudé yo también por completo y me lancé sobre ese cuerpo joven y excitante. Agarré la polla y la introduje entre la maraña buscando la vulva, y sentí como se abría con la presión de mi capullo. Mi polla, más dura que nunca, penetró hasta la mitad de su vagina. Una vagina que ardía como la boca de un volcán.
Un par de meneos y la polla penetró por completo. Note como sus dedos se clavaban en mi espalda y un bufido atravesó mi oreja.
- Buff, que gorda la tié señó maestro!
- Te he hecho daño?
- No, que va. Ya le he dicho que me gustan grandes y gordas, pero por aquí no las hay, jajaja.
Comencé a bombear despacio y sentí como su vagina me la apretaba como si tuviese vida propia. Tenía la mejilla pegada a la suya y podía sentir sus jadeos en mi oreja. Sus tetas pegadas a mi pecho eran un aderezo más al disfrute que estaba ...
... sintiendo. Movía la pelvis al ritmo de mis empujones, como si quisiera que penetrase más profundamente.
Levanté la cabeza para mirar su cara. Sus oscuros ojos totalmente abiertos mirándome, y su boca jadeando sobre la mía, era un placer añadido. Su respiración se agitó más, y sus jadeos se convirtieron en bramidos. Movió las caderas a gran velocidad provocando una penetración más rápida hasta que estalló como un volcán ardiente.
Sentí como se empapaba mi polla con su corrida caliente y pastosa, y el sonido del chapoteo acompasó a sus bramidos. Era como un animal salvaje gozando de su presa después de una larga carrera.
Paré para que se recuperase de los temblores y la respiración agitada. Sus ojos seguían abiertos, mirándome sin apenas parpadear.
- Te ha gustado? – susurré contra sus labios temblorosos.
- Jodé que si ma gustáo, menuda chorreá me e pegao!
Todavía no la había besado, el ver sus dientes amarillentos me había echado un poco atrás. La mucha parecía limpia, aunque no perfumada, pero su boca era un fallo que tendría que corregir, tanto en el aspecto como en el lenguaje. Estaba sumido en mis pensamientos mirándola cuando me sorprendió.
- Pero usté no ha chorreao.
- Todavía no.
- Pos sí que aguanta! Quié que se la chupe?
- No hace falta, pero te diré un par de cosas. Tienes que mejorar tu aspecto, eres una chica guapa y deberías cuidarte. Un poco de maquillaje, algo de carmín, y también cepillarte los dientes.
- Ya me lo ha dicho don ...