El nuevo maestro del pueblo (9)
Fecha: 10/09/2024,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Alfonso, Fuente: TodoRelatos
... de paso que empezase a darle alguna clase.
- Jajajaja! – rió Adel a carcajada limpia.
- Por qué te ríes?
- Porque tú le vas a dar clases y él se la va a beneficiar, jajaja.
- Es que también se lo monta con Carmen? – me hice el loco.
- Esa chica va mucho por la iglesia, y conociendo a don Ramón…
- Supongo que otro rumor. – continué con la farsa.
- Nadie los ha pillado infraganti, pero se supone, jajaja.
- Y la madre, no va por la iglesia?
- Si, ya te he dicho que va a misa, lo que no sé es si alguna vez le habrá dado un revolcón don Ramón cuando ha ido por su casa, jajaja.
- Como eres Adel – me reí con ella.
Después de todo lo que me había contado el cura ya no me atrevía a decirle a Adel la verdad, era demasiado complicada para explicarla. Me dispuse a irme hasta la iglesia después de tomarme un café.
- Ya me contaras esta noche como te ha ido. Esa chica es bastante bruta, jajaja. – fue la despedida de Adel.
Cuando llegué a la iglesia eran las cuatro y media de la tarde. Ramón ya estaba preparado y nos fuimos hacia la casa de Carmen. Era la última casa de una de las calles del pueblo, más pequeña que en las que había estado, pero también con dos plantas y huerto en la parte trasera.
Nos recibió Josefa, ataviada con un vestido negro, algo antiguo, que le llegaba hasta las rodillas, y una rebeca sobre los hombros. Era delgada, y aunque sonrió, no pudo disimular las marcas que se dibujaba en su rostro seguramente debido a un duro ...
... trabajo. Llevaba el pelo recogido en un moño y la cara lavada sin ningún rastro de maquillaje. Ojos algo rasgados y nariz prominente, y una boca grande rodeada de finos labios. Pensé que con un poco de carmín ganaría bastante.
- Pasen, pasen! Ya me había dicho Carmencita que iban a venir.
Entramos en el pequeño salón donde un fuerte fuego lo calentaba demasiado. Nos ofreció café, y nos sentamos a charlar con las dos mujeres. Carmen se había cambiado de ropa y también se había peinado su melena alborotada. Me sorprendió su cuerpo con ese vestido, un vestido azul claro de tirantes que se ajustaba perfectamente a su figura, una figura muy sensual vestida así. En ese momento pude ver las dimensiones de su pecho y su culo, que no estaban nada mal.
El cura le estuvo explicando lo de darle clases a Carmen mientras nos tomábamos el café y Josefa pareció encantada de la oferta desde el primer momento, e incluso animó a su hija de que eso sería estupendo, aunque por la cara de Carmen no parecía necesitar que la animaran. Apenas hablaba, pero podía sentir como sus ojos, grandes y muy abiertos, escudriñaban todo mi cuerpo.
- Hemos venido pronto para que empiece hoy mismo, si a ti te parece bien, Josefa. – Comento el cura con intención de marcharse ya.
- Si, si, que empiecen ya que esta burra necesita que la domestiquen lo antes posible.
Tuve que evitar una carcajada, pero no pude evitar que me diese la tos al oír aquella expresión tan bárbara. Pensé que si hablábamos de ...