El nuevo maestro del pueblo (9)
Fecha: 10/09/2024,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Alfonso, Fuente: TodoRelatos
... domesticar, la madre lo necesitaba casi tanto como la hija.
El cura sí que se rió a carcajadas sin cortarse ni un poco.
- Bueno, pues yo me marcho ya.
Cuando nos quedamos los tres solos se me vino el mundo encima, por donde coños iba a empezar?, pensé mientras las dos mujeres me miraban expectantes.
- Tienes algún cuaderno y lápiz o bolígrafo?
- Si que tiene. Pero suba con ella a su habitación. Allí es donde tiene esas cosas y estarán más tranquilos. – contesto Josefa con rapidez.
- Anda muchacha, tira parriba con el señó maestro, y hazle caso a to lo que te diga.
Carmen se levantó y me hizo un gesto con la cabeza para que la siguiese. Me sentí incomodo, como si me estuviesen llevando a una celda en la que no sabía qué me iba a encontrar. Entramos a su habitación y cerró la puerta. Había una cama con una mesilla de noche, un armario antiguo de madera vieja, una cómoda de la misma madera que hacía las veces de escritorio y dos sillas frente a ella. Abrió uno de los cajones de la cómoda y saco un cuaderno y un lápiz.
- Esto vale?
- Si claro. Podemos comenzar dictándote algo a ver qué tal se te da.
- Lo que usté diga señó maestro.
- Ya te he dicho que me llames Roberto, o Rober.
- Es que mu gusta llamarle señó maestro.
- Vale, como quieres.
Comencé a dictarle y me sorprendió que escribiera mejor que hablaba.
- Muy bien Carmen, lo haces muy bien.
- Gracias!
- Escribes mejor que hablas. Por qué no hablas como escribes?
- Es ...
... que me e costumbrao a ablá así.
- Pues deberías intentarlo y perder esa costumbre.
- Y solo vamos a hacer esto? – preguntó cambiando radicalmente de tema girándose espatarrada en la silla.
- Bueno, hay que empezar por algo, y la escritura y hablar bien es importante.
- Pero don Ramón me ha dicho que haríamos más cosas.
Me quedé mirándola sorprendido. Que coños le habría dicho el cura cuando me fui de la iglesia.
- Y que te ha dicho?
- Que… jugaríamos un poco. – contestó con una sonrisa amplia y pícara.
Me quedé cortado pues no me esperaba algo tan directo. Estaba muy claro de lo que hablaba, pero no sabía cómo continuar. Pensé en insinuar que su madre estaba abajo, más bien para ver que decía.
- No te importa que juguemos estando tu madre abajo?
- Jajaja, a ella no la importa. Don Ramón también juega con ella algunas veces.
- Y eso… los has visto tu?
- Cierran la puerta, pero los veo por una rendijilla, y además se la oye mucho porque mi madre es una gritona.
Volvía a alucinar por enésima vez, no dejaba de sorprenderme por cada cosa nueva que me enteraba. El mamón del cura se las follaba en su casa sin ningún pudor, claro que tanto madre como hija debían de estar conformes.
- Y tú, no eres gritona?
- Un poco, pero menos, jajaja.
- Bueno, pues cuéntame cómo jugáis don Ramón y tú. – continué para salir del paso porque no sabía cómo empezar.
- Pues me desnuo, me toca por to los laos hasta ponerme calentita. Después le gusta que le ...