1. Al principio no podía creer lo que nos sucedió a mi vecino y a mí.


    Fecha: 19/09/2024, Categorías: Dominación / BDSM, Gays Autor: Martehijodejupiter, Fuente: SexoSinTabues30

    Al principio no podía creer lo que nos sucedió a mi vecino y a mí.
    
    Me encontraba solo en casa, aburrido como una ostra, ya que ese fin de semana, mi esposa e hijas habían salido de viaje, a visitar a los padres de ella.
    
    Quizás por la falta de costumbre de estar solo, me sentía mal, por lo que decidí salir a caminar por la urbanización, y como no tengo costumbre de beber, no pensé en ir a ningún bar.
    
    Ya llevaba un buen rato caminando, cuando en la pequeña plaza de la urbanización me topé con un vecino que conocía más bien de vista, aunque en una ocasión coincidimos, en las oficinas de administración por tener un problema en común.
    
    Ya que la casa que estaba entre su propiedad y la mía, se encontraba abandonada, sus patios y jardines eran una selva de monte, en el que fácilmente se podía esconder algún malhechor.
    
    Quizás tanto él como yo exageramos un poco, pero de no ser así, de seguro no hubieran limpiado.
    
    Mi vecino y yo nos pusimos a charlar, y continuamos caminando, cuando de momento se desató una fuerte lluvia, justo cuando pasábamos frente a su casa.
    
    Los dos corrimos a guarecernos bajo su portal, y ya estando ahí me invitó a pasar, en realidad, lo conocía tan poco, que cuando entré a su casa, le pregunté por su esposa, y me comentó que era divorciado.
    
    Luego le comenté que yo era casado, y que me esposa se encontraba visitando a mis suegros al sur del país..
    
    La fuerte tormenta continuaba arreciando, y en el poco tiempo que tardamos en llegar a ...
    ... su casa, nos empapamos completamente.
    
    Le pedí que me prestase un paraguas para continuar su camino a casa, pero me indicó que el único paragua que tenía se encontraba en su auto.
    
    Que a su vez se encontraba estacionado frente a la casa, que ir a buscarlo y continuar a su casa hubiera obtenido el mismo resultado, terminaría completamente empapado de pies a cabeza.
    
    Fue en ese momento que me propuso que esperase a que escampara, y que mientras tanto, podíamos seguir conversando.
    
    Lo cierto es que acepté su invitación, de inmediato entró a una de las habitaciones y al salir de ella trajo un par de toallas, me entregó una mientras me dijo que me quitase la camiseta, no fuera a ser que atrapase un resfrío por quedarme mojado.
    
    Su propuesta me pareció de lo más razonable, por lo que finalmente me quedé con mis pantalones cortos y mis zapatillas de correr únicamente.
    
    Por un buen rato solo hablamos de tonterías, política, y cosas así por el estilo, cuando se levantó de su silla, y me preguntó que deseaba tomar.
    
    Le dije que lo mismo que él, pensando en una cerveza o quizás una copa de vino, pero lo que trajo fue agua ardiente.
    
    A medida que seguíamos charlando, me volvió a servir otro trago de agua ardiente, que me tomé de la misma forma que lo hacía él, de un solo trago.
    
    Del tema de la política pasamos a charlar sobre otros temas y desde luego que seguimos bebiendo, después de un buen rato, a pesar de la fuerte lluvia, y del frío que por lo general hace cuando ...
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