1. Jorge y Alejandra: Una nueva etapa


    Fecha: 23/09/2024, Categorías: Infidelidad Autor: MartinyMarcela, Fuente: CuentoRelatos

    Después de lo todo lo sucedido con Alejandra y el doctor Bustamante las cosas volvieron a la normalidad.
    
    Estuvimos cerca del divorcio, pero decidimos dar una vuelta de página y continuar. Lo sucedido con ese hombre ha quedado sellado para siempre y nunca más tuvimos contacto con él.
    
    Alejandra es una mujer nueva, se abocó a la lectura y arrancó clases de yoga. Cambió su forma de vestirse y trata de pasar desapercibida adonde vaya. Luce polleras largas y sueltas, usa pantalones holgados y cuando se pone calzas o pantalones tipo joggins se ata algún buzo a la cintura, palabras más palabras menos evita mostrar el culo como antes. En lo personal me costó un montón adaptarme a esta nueva etapa suya, extraño escuchar las guarangadas del público masculino para con mi mujer cuando mostraba todas sus curvas sin hacerse problemas, pero tenía que darle mi apoyo porque sin dudas ella se decidió a cambiar y lo hacía y con gran esfuerzo.
    
    Su pelo también ha sufrido cambios. De tenerlo rubio como las espigas de trigo un día me vino a casa con el cabello castaño. Lo tenía oscuro en las raíces, iba aclarándose como en un degradé y ya no quedaron rastros de su pelo rubio del cual me traía enamorado.
    
    Entre esos cambios en su vida una vez me salió con que quería lipoaspirarse piernas y glúteos, consideraba que tenía una cola llamativa y que por más que ella cambió su aspecto, su color de pelo y sus hábitos de vida cuando los hombres la veían de atrás le gritaban cosas muy chanchas y ...
    ... todo ese esfuerzo por ser otra persona de nada servía. Estaba dispuesta a dejar de ser esa Alejandra lujuriosa y calienta pijas que siempre fue.
    
    Según su punto de vista esa cola redonda y carnosa, llamativa por demás era el eje del mal, tenía demasiados admiradores que querían poseerla. Pasa que los argentinos somos así, nos enloquecemos cuando vemos una mujer con buen culo.
    
    Pero ella era una mujer nueva y necesitaba dar ese último paso para empezar de cero.
    
    Mi respuesta fue un No rotundo. De ninguna manera iba a permitir que se lipoaspire ese culo hermoso en un frío quirófano. No me la imaginaba delgadita y con un cuerpo escuálido cual modelo de alta costura, me moriría si de un día para el otro volviese a casa piel y hueso y hasta tuve pesadillas de tanto imaginarla así.
    
    Me hizo uno de los tantos berrinches a los que me tiene acostumbrado y enojada adujo que nunca le dejaba hacer nada.
    
    Redobló la apuesta: me dio dos opciones: O se reducía el tamaño de la cola o yo le daba permiso para que se haga un tatuaje. Fue muy determinante y me puso entre la espada y la pared.
    
    Era difícil: nunca quise que se dañe la blanca piel con tinta, pero tampoco quería verla con un culo chato. Tuve que decidir y después de meditarlo me incliné por la opción 2: La dejé que se tatúe.
    
    Se hizo el tatuaje, se estampó una flor de loto en la espalda con tinta negra y verde. Su tatoo arrancaba un tanto más abajo de la nuca centrándose en su columna vertebral. A decir verdad, le quedó ...
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