BLANCA NAVIDAD
Fecha: 25/09/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Era 24 de diciembre de 2023, como cada nochebuena mi familia se reunía en casa de la abuela para cenar. Yo llegué pronto, así que estuve ayudando con los que ya estaban a preparar la mesa, mientras estamos por terminar viene ella, mi prima Andrea, una chica de 21 años de edad con un muy buen cuerpo. Como es de esperar la saludo y mientras termino de poner los últimos preparativos en la mesa ella se quita la cazadora para estar más cómoda.
Tras eso, decido ir al salón, lugar donde ella estaba sentada viendo la televisión. Decidí ponerme a su lado, pero tampoco muy cerca para que no se sintiera presionada, pues eso delataría mis intenciones con ella, mismas que llevo teniendo desde hace mucho tiempo. Aprovecho que ella está atenta al programa y me acerco un poco más, sin embargo, ella se gira y me pregunta, ¿te pasa algo Diego? A lo que la respondo diciendo que solo quería darla un beso y un abrazo ya que antes no pude, esto era lo primero que dije. Ella se queda pensante, mientras yo estaba nervioso, pero recapacita, me da la razón y me deja. Ahí aproveché y me puse encima suyo para abrazarla y la di un beso en la frente, para así poder ver sus tetas.
Tras esto nos quedamos mirando, ambos nos ponemos rojos por no saber que hacer, ahí dije “es ahora o nunca” y la besé en los labios, recuerdo que aún estaban fríos por haber estado ella hace relativamente poco en la calle, no obstante el beso hizo que en breve se calentaran. Ella no sabía que hacer o que decir, pero como ...
... yo tampoco simplemente optó por irse del lugar. Yo temí de que se lo contase a alguien, pero tampoco podía evitarlo. Así pues me quedé pensando en si en verdad era el momento o el lugar indicado.
El tiempo fue pasando y se anunció que fuéramos yendo a asearnos para luego ir a la sala donde íbamos a comer. Entré al baño, fuí a hacer mis necesidades, pero de pronto veo que el pomo se abre, ahí me di cuenta de que se me olvidó echar el tranco, y entra ella, Andrea, la prima con la que me besé anteriormente. Justo en ese momento me levanté del retrete y se me veía la polla. Sus ojos se quedaron blancos, yo ya si que pensé que definitivamente ese no era mi día. De pronto ella cierra la puerta con tranco, se acerca a mí, yo en ese momento sentía un hormigueo por todo el cuerpo, estaba helado, inmóvil, nunca olvidaré esa sensación. Traté de decir algo, no obstante, ella me puso un dedo en la boca, se acercó, me besó y me agarró fuerte la polla. Si ya estaba dura ahora se me había parado, quería decirla que no lo hiciera tan fuerte, pero sus labios me lo prohibían. Era una dulce tortura en toda regla. Luego paró de besarme y comenzó a pajearme con sus frías, suaves y delicadas manos, aún no sabía que hacer, pero el placer de aquel gesto me hacía gemir, por lo que Andrea me tapó la boca con una mano y siguió haciéndolo con la otra.
Cuando estuve a punto de venirme paró, vió como me quejé en mi cara y de repente, son previo aviso rápidamente la agarró y la movió de adelante hacia ...